Juan Pedro Gallardo trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, más concretamente en el área de Promoción Humana, Adicciones y Salud Mental. ¿Qué hacen ahí? Se enfocan en estas cuestiones desde una perspectiva de derechos, esto es: considerando que las personas que tienen consumos problemáticos sufren de una enfermedad y deben ser atendidas. Gallardo llegó ahí después de una larga militancia social y de base en diferentes barrios de la ciudad, lo que le permitió articular un interesante trabajo territorial que hoy el área de la que forma parte está encarando en las comunas 7, 8 y también en la 11, que integran los barrios de “los Villas” Devoto, del Parque, Santa Rita y General Mitre.
¿Qué los llevó a detectar la necesidad de arrancar una labor territorial en estos barrios?
La Defensoría tiene jurisdicción en toda la ciudad, pero dada nuestra capacidad operativa estamos en este momento trabajando territorialmente solo en esas comunas, donde la idea es “hacer base”. El mismo equipo con el que empezamos a trabajar para crear la red de la comuna 7 tenía contactos también con la 11, y así arrancamos a establecer vínculos con clubes, parroquias, escuelas y otras instituciones, como el Cesac 34 de la calle Artigas. Además, yo mismo soy vecino del barrio.
¿Y qué notan que pasa en esta comuna en particular en cuanto a la problemática de adicciones?
Si bien la comuna 11 no tiene la “intensidad” de la 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), lo que vemos es que las situaciones de adicciones vienen en aumento. También que el problema más grueso es el alcohol: vino, cerveza y espumantes muy por encima de otras sustancias ilegales. Sí es claro que a situaciones socioeconómicas más favorables el consumo impacta de otra forma, porque el acceso a la salud es mejor, así como también la calidad de lo que se consume. Un dato preocupante que venimos estudiando y siguiendo es la baja percepción de los jóvenes ante los riesgos que implica el abuso de alcohol.
¿Qué están haciendo en materia de prevención?
Brindamos capacitaciones en varias líneas y las llevamos a escuelas, clubes, centros comunitarios. Dimos una hace poco en la Casa del Futuro, en Devoto, con chicos de escuelas secundarias. También organizamos instancias de formación para docentes. Y colaboramos con la creación de dispositivos para que hagan prevención en el territorio.
¿Qué se puede hacer si detectamos un consumo problemático en alguien que está en la calle, pero no queremos llamar a la policía?
Nosotros brindamos asesoramiento en nuestra oficina (4338-4900, internos 8706 Y 8707), pero hay que tener en claro que para internar a una persona contra su voluntad hace falta una orden de un juez, que a su vez tiene que estar avalada por dos profesionales de la salud. No es que estamos patrullando las calles en busca de adictos, más bien articulamos con las instituciones de los barrios para crear entre todos una red de contención. Lo que intentamos en los casos difíciles es tener contactos con las personas del entorno, y para eso esa red institucional es fundamental. En la comuna 11 hay buenos ejemplos: está el club Ciencia y Labor, está el Cesac 34, está la Vicaría de Devoto, está la Red Solidaria Copello. Son los clubes, las parroquias y las escuelas las que tienen el rol más importante, porque son las que pueden contener. Y tenemos que cuidarlas, porque cuanto más fuertes estén este tipo de instituciones, mejor van a estar estos barrios. ♦