Que el fútbol femenino está en auge no es una novedad, basta con ir a la puerta de Nogoyá 3045 para entender que lejos de ser una moda, es una realidad. Desde hace rato las pibas en Villa del Parque andan con botines, comparten camiseta y gritan goles, todas con un mismo objetivo: que gane Racing.
En la Sede Capital de la Academia no hay preferencia entre el Futsal masculino y el femenino –de hecho, actualmente no existe tira de masculino–. Tampoco faltan elementos para que las jugadoras entrenen. Sin embargo, esto no es suficiente para explicar por qué cada vez más chicas se acercan los martes y jueves. Para averiguar el motivo de este interés, Vínculos Vecinales fue a charlar con la dupla técnica que dirige la segunda tira de futsal femenino, previo al inicio de una nueva temporada.
La dupla técnica
Mariana “Beto” Colman tiene 32 años, es futbolista de Chicago y DT en Racing de Villa del Parque. Arrancó como jugadora en el Futsal de Racing en 2016 y en el 2018 se transformó en ayudante técnica. Así comenzó para ella una nueva experiencia, y como recompensa por su desempeño, en el 2021 le encomendaron un grupo de chicas que había comenzado a entrenar en forma recreativa y ahora compite en la Liga. Emanuel Divico tiene 30 años, jugó hasta los 17 en las inferiores de Platense en fútbol once y dirigió categorías infantiles en diferentes clubes de Buenos Aires. De grande siguió jugando y participando en torneos amateurs, en distintos clubes de barrio. Fue en ese recorrido que conoció a Pablo Gómez, técnico del futsal masculino de Racing Capital, quien el año pasado lo convocó para jugar y luego le propuso dirigir la segunda tira de futsal femenino, junto a Colman, reto que obviamente aceptó.
¿Cuál es su experiencia como dupla?
Beto: Ema es un gran compañero y nos complementamos muy bien. Coincidimos en las ideas y en las formas: eso es muy importante y no sucede siempre. Y estoy tranquila porque cuando yo no puedo asistir porque me coincide con los entrenamientos en Chicago o se me superponen los partidos, sé que él siempre está. Supimos hacernos muy amigos tanto dentro como fuera del club, y sentimos el mismo amor por el deporte.
Ema: Ella es una crack, la conocí hace tiempo en un partido mixto y me quedé encantado por la forma en la que juega. Como técnica es muy atenta, siempre les recomienda a las chicas algún video para que puedan aprender algo más, o directamente lo trae al entrenamiento. Realmente la admiro, es muy seria y divertida a la vez. Sabe muchísimo y es muy clara para explicar los conceptos del deporte. Las pibas la terminan amando, le tienen una admiración increíble y ella es muy cercana a las jugadoras.
La DT se crio en Villa del Parque y recientemente se mudó a Villa Urquiza. Conoció la pasión por el fútbol a los 12 años, jugando con su primo. Tuvo un paso fugaz por el fútbol once de River y su primera experiencia en Futsal fue en el equipo de Atlanta. Actualmente, además de Racing, dirige a la 4ta categoría de Chicago. Se gana la vida trabajando en el área de Recursos Humanos del Ministerio de Agricultura.
Por su parte el DT vive en Moreno, dejó el fútbol profesional antes de cumplir la mayoría de edad porque con el trabajo y el estudio no le quedaba tiempo. Es empleado de una droguería en Núñez y el año pasado, abrumado por la pandemia y la virtualidad, abandonó la carrera de contador. La posibilidad de dirigir en Racing volvió a conectarlo con el fútbol y el cambio es algo que lo hace feliz.
¿Cómo son las pruebas y la evolución de las jugadoras?
Beto: cuando ingresa una jugadora nueva, nos tomamos dos o tres entrenamientos de prueba y según cómo responde vemos en qué categoría sumarla. Lo importante es que no solemos dejar a nadie sin lugar, tratamos de que todas las que se acercan permanezcan en el club. Cuando yo arranqué no había casi equipos de fútbol femenino y que hoy las nenitas tengan la oportunidad de empezar a jugar desde tan chicas me encanta, y por eso quiero colaborar siempre.
Ema: Ésta es mi primera experiencia dirigiendo chicas. Algunos me aconsejaban que tenga cuidado porque supuestamente las pibas tenían otro carácter, me llenaron de miedo y la verdad que nada que ver, son unas genias. El grupo que tengo tiene muchas ganas de aprender. Y son esponjas, absorben todo. Las chicas por lo general comienzan a jugar a los 14 años, y entre esa edad y los 19 mejoran mucho más que un chico, que por ahí arrancó a los 6 años a patear una pelota. El chico ya viene con más experiencia, pero en ese lapso de tiempo no crecen tanto en su nivel como lo hacen las chicas.
¿Cuáles son los objetivos?
Beto: Mi objetivo personal digamos que ya lo cumplí: tener a chicas que llegaron sin ninguna experiencia y hoy en día te paran la pelota con la suela y te hacen un pase con calidad. Hay un trabajo de equipo hermoso, y cada vez que en un partido sale algo que entrenamos en la semana, se me pone la piel de gallina. Eso lo cumplí. Ahora me gustaría que empiecen a ser cada vez más competitivas, que al otro equipo le cueste ganarle a Racing.
Ema: Me gusta siempre que las chicas se desarrollen y mejoren en el deporte. Obviamente, uno en algún momento se va a poner resultadista, pero más allá del nivel competitivo, disfruto con Beto cuando las pibas hacen cosas que antes no hacían. Como grupo veo que cada vez están más unidas, y a partir de eso se trabaja diferente.
Racing puede incorporar jugadoras durante todo el año y aunque las expectativas ya se superaron, las puertas no se cierran, por el contrario, se abren de par en par. Desde el club alientan a que las pibas se prueben, intenten en el deporte vestidas de blanco y celeste y conozcan un amor que no tiene retorno: el de la pelota. ♦