Dengue en la comuna 10: “La prevención tendría que arrancar en junio”

Buenos Aires se enfrenta al desafío de arrancar ya una campaña que evite que con los próximos calores el brote de dengue sea todavía peor. Hablan los comuneros Yanina Arias y Ubaldo “Cacho” Mascali.

Un total de 6.498 casos de dengue registraba la ciudad de Buenos Aires hasta el viernes 8 de mayo: la enfermedad que transmite el mosquito Aedes Aegypty está generando un drama de magnitud que, aunque solapado por el coronavirus, se acerca peligrosamente a la epidemia de 2016, que con 40 mil casos confirmados en todo el país fue la peor en la historia de la Argentina.

Pero la situación no es pareja en el territorio de la Capital. La comuna más afectada es por lejos la 7 (Flores) con 1.624 casos, seguida por la 8 (Lugano) con 1.113 y la 4 (Almagro) con 968. La comuna 10 tiene 663 infectados, y dentro de sus barrios el que aparece en peor situación es Vélez, que registró 256 casos superando a Floresta (173) Monte Castro (127) y Versalles (69). Menos casos aún se cuentan en Villa Luro y Villa Real, en tanto la comuna 11 presenta en total 306, siempre con datos del boletín epidemiológico porteño del viernes 8 de mayo.

“Para no llegar como llegamos este 2020 la prevención tendría que arrancar en junio”, explica la comunera del Frente de Todos por la 10, Yanina Arias. La clave para entender esto pasa por la forma en la que el Aedes se reproduce: cada hembra es capaz de depositar hasta 500 huevos en los criaderos, que son los recipientes con agua acumulada y que pueden ser diminutos (desde bebederos de mascotas o floreros pasando por los platos que colocamos debajo de las macetas, neumáticos fuera de uso y también las piletas, canaletas y desagües). Cuando llegue el frío intenso los mosquitos probablemente mueran, pero los huevos pueden aun con frío y sequedad sobrevivir hasta un año para eclosionar en la temporada de más calor y lluvias.

De ahí que Arias refiere que es el invierno el momento de planificar la acción de descacharreo, sobre todo en los focos que ya están identificados y mapeados gracias, en parte, a las denuncias de los vecinos: propiedades y autos abandonados, piletas sin mantenimiento y terrenos baldíos. “En la comuna tenemos un caso emblemático de un vecino acumulador que recibió varias denuncias. La comuna cuenta para esos casos con una cuadrilla que finalmente pudo entrar a limpiar, pero como se trata de propiedad privada hay que contar con un permiso judicial, y eso tarda en gestionarse. Con tiempo esos procesos pueden ser planificados”, agrega y enfatiza que hacen falta más recursos, porque en este contexto esa cuadrilla “no da abasto”.

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La comunera relata que los vecinos claman por fumigación, pero fumigar en la vía pública no sirve: un poco porque solo mata al mosquito que está volando, y no a los huevos, pero además porque el vector está en el domicilio y porque el veneno termina eliminando a depredadores de los mosquitos. “Sí hay una fumigación domiciliaria especial y focalizada que se hace en las viviendas de quienes tienen la enfermedad, para disminuir la población de mosquitos infectados. Pero fumigar la calle es solo maquillaje para calmar a los vecinos: se terminan gastando un montón de recursos y el foco no se resuelve”, sostiene.

Fondo con cría de mosquitos en la comuna 10

¿Por qué la clave está en el “descacharreo”?

El dengue se transmite cuando un mosquito Aedes -que suele reconocerse por las rayitas blancas que tiene tanto en el torso como en las patas- pica a una persona que está infectada y de esa forma también se infecta: es entonces cuando puede transmitir la enfermedad a varias personas, ya que mantendrá esa capacidad de infectar por el resto de su vida.

“El mosquito del dengue no vuela mucho más de 50 metros y puede poner sus huevos en casi cualquier recipiente con agua, incluso en una tapita. Por eso se habla de que la clave está en el descacharreo: en limpiar y secar los recipientes que puedan juntar agua y también tirar agua hirviendo en canaletas y rejillas, dejar dados vuelta todos estos envases, renovar el agua de los floreros y bebederos de las mascotas y no tener portamacetas”, advierte el comunero de Juntos por el Cambio, Ubaldo “Cacho” Mascali, quien es a su vez titular de la comisión de salud de la Comuna 10. “Para esto no hay vacunas -insiste- lo único que nos queda es conversar con los vecinos y tratar de concientizar”.

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El comunero explica que el trabajo de la cuadrilla se vuelve a veces bastante complicado. “Por más que vamos con la camioneta ploteada de la comuna y los inspectores con su correspondiente uniforme, a veces la gente no les abre la puerta ni siquiera para conversar, dada la situación de inseguridad”.

Para este y otros temas la 10 ha organizado una mesa de salud muy amplia que hasta antes de la cuarentena venía reuniéndose cada 15 días en la sede comunal y de la que participan los comuneros, el área programática y el área de epidemiología del Hospital Vélez Sársfield, el Cesac 36, el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur y representantes de control de plagas, salud comunitaria, inspectores y también integrantes del Consejo Consultivo, que se ha mostrado muy activo frente al problema del dengue.

Si un vecino o vecina quiere denunciar un sitio que considera necesario que vaya la cuadrilla a fumigar, puede hacerlo a través de la página web del gobierno de la ciudad (debe entrar a la opción «Salud y Servicios Sociales» y ahí seleccionar «Reportar criadero de mosquitos«), también pueden radicar la denuncia en la sede comunal o contactar a alguno de los comuneros. ♦

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