La Plapla Espacio Cultural

Clases, talleres, conciertos, zapadas, charlas, juegos, lecturas, feria. La Plapla tiene propuestas culturales para todas las edades y para todos los bolsillos, además de una cafetería en la que dan ganas de quedarse la tarde entera.

Como la letra escondida en el abecedario, a la que María Elena Walsh llamó Plapla –letra inquieta, bailarina, disruptiva entre sus 27 hermanas, letra que contagia entusiasmo y agita las ganas– así Giselle Gajst y Manuel Rubio imaginaron que sería el espacio cultural que abrieron hace un año en la esquina de Tres Arroyos y Sor Juana Inés de la Cruz, en Caballito, casi en la frontera con Villa General Mitre y La Paternal.

Un antiguo caserón deshabitado, abandonado durante los últimos treinta años, es lo que había ahí cuando ellos llegaron. Cuentan los vecinos históricos que antes había sido el almacén del barrio. Ahora, recuperado y nuevamente habitado, conserva la esencia de aquella identidad.

“Gise es psicopedagoga y desde hace mucho tenía en la cabeza la idea de abrir un espacio que vincule la salud y el arte. Yo soy músico, baterista y percusionista, estudié Dirección de Coros y Orquestas Infantiles y Juveniles en la Universidad de Avellaneda y me dedico a dar clases y a tocar”, cuenta Manuel. La unión de intereses de esta pareja dio forma a La Plapla.

El antiguo caserón donde había un almacén de ramos generales, hoy recuperado y nuevamente habitado, conserva la esencia de aquella identidad.

La casa cultural del barrio

A las nueve de la mañana abre la cafetería y durante todo el día, todos los días, se suceden actividades: Talleres de canto, de zapateo, de cerámica, de teatro, de piano, de yoga, apoyo escolar, ciclos de charlas. También hay consultorios donde atienden profesionales de psicomotricidad, de psicopedagogía y de psicología. Además, en el espacio hay una biblioteca y una juegoteca de uso libre y gratuito. Un sillón invita a sentarse ahí mismo con el libro o el juego elegido o también se pueden llevar hasta alguna mesa.

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Cuando llega el fin de semana la agenda incluye en las tardes de sábados un ciclo de música llamado “Música en mi balcón” y en las tardes de domingo un ciclo de lectura para infancias y otro de pianistas. Y cuando sale la luna es la hora de los conciertos, de “la noche de flamenco”,  de “la noche de impro”, de “la noche de juegos” o “el fogón” (un evento de música que es “una suerte de zapada”, dice Manuel). En cuanto al costo de estas actividades, la mayoría son a la gorra, algunas son con entrada y otras son gratuitas.

A partir de septiembre vuelve, un fin de semana al mes, la “Feria de creadores”, donde se pueden encontrar libros, ropa, cerámica, entre otras creaciones artesanales.

Desde que abre la cafetería, durante todo el día se suceden actividades en La Plapla: talleres de distintas artes, ciclos de charlas, apoyo escolar, tejido solidario; también hay consultorios, una biblioteca y una juegoteca. Por las noches es la hora de los conciertos, el fogón, la improvisación, entre otras propuestas.

Solidaridad

La Plapla forma parte de MECA, que es el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos. Este Movimiento, apoyándose como fecha simbólica en el día del cumpleaños de Mercedes Sosa, que además es fecha patria (9 de julio), se unió a la Asamblea de Personas en Situación de Calle –que reúne a las organizaciones que en los distintos barrios de la ciudad asisten a los vecinos en situación de calle– y juntos hicieron el Festival “Que no calle”: todos los espacios culturales ofrecieron en simultáneo conciertos en los que la entrada eran donaciones de alimentos, frazadas, ropa, artículos de higiene personal. A la Plapla “vinieron voluntarias del colectivo Acción PSC y estuvieron recibiendo todas las donaciones, la verdad que nos fue súper bien, juntamos un montón de cosas de toda la gente que vino”, cuenta Manuel.

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Por otra parte, los mièrcoles de 16 a 17.30 horas, en La Plapla se reúnen tejedoras para confeccionar cuadraditos de lana con los que luego forman mantas. El espacio se llama «Entrelazarnos. Tejido social» y su producción también la donan a la organizacción Acción PSC.

La mayoría de las actividades de La Plapla son «a la gorra», algunas son con entrada y otras son gratuitas.

Vínculos vecinales

Así es que la casona del viejo almacén, devenida centro cultural, volvió a reunir al barrio. “Mucha de la gente que viene vive en la misma cuadra, a la vuelta, enfrente. Son los mismos que nos cruzamos en la calle, en la esquina, que pasan todos los días por acá y te saludan y por ahí te quedas charlando, o te piden prestada una escalera. Me parece que es lindo eso. Siempre nos dicen que La Plapla es un espacio muy acogedor y muy hogareño, y nosotros buscamos que sea eso: la casa del barrio», resume Manuel la intención que los mueve, y finaliza: «Me parece que es necesario ese diálogo, esa cercanía, que exista esa comunión entre personas que viven al lado”.♦


Espacio Cultural La Plapla
Dirección: Tres Arroyos 1596
Instagram: @laplapla.eci

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