Vas caminando por Cuenca distraído, vas pensando en tus cosas y de repente una música agradable te toma ¿de dónde viene? Justo estás frente a una vidriera llena de bellos objetos. Un pequeño parlante allí arriba, del lado exterior del local, regala una melodía que invita a entrar. Si te decidís, ojo porque una vez adentro el tiempo se paraliza, la vista queda atrapada entre tantas cosas lindas.
Gabriela Otero es artista plástica. Se crió en Villa Lugano con una mamá que dibujaba, una abuela que cosía, un abuelo imprentero y unos cuantos primos y primas también dedicados a oficios del arte.
“Tuve suerte que el Instituto Lola Mora quedaba cerca de mi casa – nos cuenta acariciando un bello recuerdo–. Cuando estaba cursando el secundario una vez hicieron una jornada con talleres abiertos a la comunidad, fui a ver de qué se trataba y me fascinó. ¨Esta será mi escuela¨, me dije. Allí me formé como artista plástica”.
VV. ¿Y cómo fue el camino que te llevó a abrir La Lucertola en Villa del Parque?
Vivo en este barrio hace nueve años. De Villa Lugano me mudé a Colegiales con mi pareja. Luego, buscando una casa más grande, llegamos a Villa del Parque. Yo trabajo como docente de plástica, hace siete años que estoy en la escuela Casilda, que queda en Magariños Cervantes y Nazca. Y un poco para complementar el magro salario docente, me puse a pensar en un emprendimiento que tuviera que ver con la estética, que es lo que me gusta. Creo que lo estético influye en el ánimo de las personas, poner algo lindo en tu casa te cambia la onda. Hace tres años pudimos abrir este local.
VV. ¿Cómo reacciona la gente cuando viene por primera vez?
Mucha gente dice “¡Ay, no sabía que había un local así acá!” La mayor parte del movimiento de Cuenca es del otro lado de la plaza, la mayoría de los que caminan por allá ni se enteran qué pasa en estas cuadras, entre Marcos Sastre y Jonte. Y cuando entran acá les encanta, siempre nos tiran rosas. Además estamos abiertos a pedidos raros como… “me gusta ese perchero pero lo quiero en otro color y montado en una madera”. Nosotros se lo hacemos.
VV. ¿Ustedes producen parte de lo que venden?
Algunas cosas sí, otras se las compramos a proveedores locales pero la mayoría son importadas. Este rubro se maneja mucho con la industria china, y también de Malasia para todo lo que es porcelana. Nos encantaría producir más y de hecho tenemos la ambición de ir sumando productos de manufactura nuestra. Es complicado porque producir algo termina siendo más caro que importarlo, cuando le sumás todo los impuestos y tasas que te cobran. De todos modos de a poco lo vamos haciendo. Ahora estamos armando unas cajas con jaboncitos. Los jaboncitos se los compramos a un productor local y nosotros armamos el envase. Para esta fecha, por ejemplo, fabricamos arbolitos de Navidad con madera reciclada, que es algo que mucha gente busca: poder reemplazar el plástico por cosas hechas con materiales más nobles.
VV. ¿Qué deseo pedirías para el próximo año?
Nuestra ilusión al igual que la de todos los comerciantes de estas cuadras de Cuenca es que los vecinos incorporen en su mapa esta parte del centro comercial, lograr atraerlos y entusiasmarlos. El año pasado quisimos hacer una exposición de arte en la vereda con ese fin, la Unión de Comerciantes de Villa del Parque nos dio su apoyo, pero la Comuna 11 rechazó el proyecto con el argumento de que las veredas están rotas. Esperamos el próximo año poder concretar eventos así que aporten al barrio y acerquen a los vecinos. ♦
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