All Boys Comunitario: otra forma de ser hincha

Sostener al club más allá del aliento en cada partido, esa es la misión de All Boys Comunitario. Qué los motiva, qué acciones realizan, aquí el relato de tres jóvenes del grupo.

La temporada pasada, cuando descendió All Boys, sentí que tocamos fondo y que algo había que hacer para ayudar al club. Les conté esto a unos amigos que también son hinchas y ahí arranco todo”. Fue una tarde con sabor amargo que tres amigos se juntaron en la plaza Monte Castro -como lo hacían siempre-, más precisamente en lo que ellos llaman “el banco tres”. Mientras conversaban concluyeron que algo tenía que cambiar: había llegado el momento de apoyar al club más allá de la tribuna.

Los tres amigos empezaron juntando unos pesos cada uno y haciendo una compra de alimentos y artículos de limpieza para la pensión. Luego conocieron a los integrantes de All Boys Comunitario, que hace dos años venían juntándose, arrancaron a presenciar sus reuniones y hasta hoy siguen participando. El grupo cuenta con una veintena de integrantes en el staff que se reúne todos los miércoles a las 19 en el buffet del predio Chivilcoy, con muchos proyectos y ganas de incorporar más personas en sus filas.

Andrés Terrizzi, Gonzálo Pedraza y Estéban García.

¿Cómo hacen para que cada vez se sume más gente?

Tratamos de ir contando lo que hacemos. Por lo general nos agradecen y se predisponen de la mejor manera, ofreciendo su ayuda cuando haga falta.

La difusión de AB Comunitario se da principalmente a través de redes sociales, pero también el boca en boca, la presencia en el estadio Malvinas Argentinas y el repartir volantes son de vital importancia.

¿Por qué creen que no hay tantos chicos de su edad que se sumen a este tipo de iniciativas?

Buena pregunta, difícil de responder. Me parece que solo ven al club como un equipo de fútbol. Es ser socios, ir a la cancha a alentar y no ver las necesidades, pero realmente estaría bueno que se involucrara más gente.

La de All Boys es una de las pocas pensiones de clubes que es gratuita. Esto se dio a partir de una decisión política de la comisiòn directiva, que entiende que así se asegura tener grandes proyectos de jugadores que por distintos motivos económicos no pueden ser parte de otros clubes. Sin embargo, el gran problema es que esto es deficitario y genera grandes responsabilidades, por eso siempre AB Comunitario colabora con 10.000 pesos mensuales en comida y otro tipo de donaciones que amortiguan el mantenimiento.

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Cuándo arrancaron, ¿qué les decían sus amigos, conocidos e hinchas?

Apenas iniciamos decían que era una pérdida de tiempo, porque ni sabían lo que hacían los de AB Comunitario, pero les fuimos contando y después nos agradecían. Por lo general cuando invitás a participar te dicen que no tienen tiempo. A veces no hace falta plata. Se trata de venir, acompañar y tirar ideas.

Entre los logros más destacados está el vestuario local que se inauguró antes del inicio del torneo 2018, una gran obra que fue, en parte, en agradecimiento a la buena onda de los jugadores del plantel, por ejemplo a la hora de donar camisetas para los sorteos. También otro gran aporte fue la expansión de la cancha del predio Don Fernando Sánchez (Chivilcoy).

¿Que sienten cuando por problemas con los barras bravas, All Boys recibe sanciones?

Que el único damnificado es el club, esté bien o mal la sanción. Los clubes empiezan a morir cuando las familias se alejan. La última sanción nos afectó, porque no pudimos vender rifas o poner el stand, pero nos rebuscamos con otros eventos para que el socio/hincha no se aleje.

AB Comunitario vende artículos distintivos del club, en su mayoría los días de partido. Estos productos van desde delantales y llaveros hasta imanes, gorras o cualquier producto nuevo que se les ocurra, siempre buscando innovar. El gran problema es que desde aquella derrota 2-3 con Atlanta en Floresta el 21 de noviembre pasado, y los posteriores incidentes en los alrededores del estadio, el blanquinegro sufrió una sanción muy dura, que primero lo obligó a jugar de local en otros estadios, luego sin público en el propio y más tarde a tener ciertos sectores habilitados, pero solo para socios con cuota al día. De esta manera las ventas y aportes se vieron afectadas notoriamente.

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Andrés (22) trabaja en Aysa, Gonzalo (22) en una vinoteca y Esteban (21) es delivery. En sus casos la falta de tiempo podría ser una excusa, pero al igual que sus compañeros, el amor por la camiseta hace que para ellos esto no sea un trabajo más, sino más bien otra forma de ser hincha.

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