El último torneo nacional de Esgrima de cuchillo fue en septiembre. Federico Lorenzo, que es uno de los organizadores, llevó a su grupo de alumnos de Lamadrid a competir. Cuatro jueces observaban los combates donde los contrincantes, mujeres y hombres, avanzaban sobre su oponente o retrocedían protegiéndose, portando en la mano un arma de goma de 26 centímetros de largo que simula un cuchillo.
«En la esgrima tradicional, la de sable, la selección argentina tiene un equipo muy bueno. Y en esgrima de cuchillo, si bien no estamos a la altura de los franceses y los rusos, que son los mejores, considero que en Sudamérica encabezamos y en torneos europeos podríamos llegar a dar una sorpresa”, dice Federico, que comenzó a practicarla en 2008 y hace año y medio que es profesor.
A nivel nacional, la historia de los torneos es muy breve: lleva solo dos ediciones. En el último, la medalla de campeona femenina se la llevó Fernanda Manozzo, familiar y primera alumna de Federico. “En la competencia del 2023 salí segunda y esta vez salí primera”, dice ella, y reconoce que entrenó “mucho, mucho, mucho, porque quería ganar.”
– ¿Qué es lo que te atrae de la esgrima?
– Fernanda: Es ese momento donde no pensás en nada, solo estás vos con el cuchillo en la pelea. Al principio jugás como una mancha. Tirando, tirando, tirando. Pero cuando vas creciendo en el deporte se convierte en un ajedrez, porque tenés que pensar los movimientos. Y lo que importa para mí es la rapidez con la que llegás al otro y la rapidez para alejarte también.
– ¿No hay riesgo de lastimar al otro o que te lastimen?
– Fernanda: Usando las protecciones no tenés ningún riesgo.
Cada pelea dura dos minutos y los deportistas compiten en dos categorías: una que es por puntos –los toques en la cabeza valen tres puntos, en la panza y el pecho valen dos, en los brazos y piernas valen uno– y el primero que suma diez puntos gana. Si se termina el tiempo y nadie ganó, el que toca al otro primero gana; a eso le llaman “muerte súbita”. La otra categoría se llama “A fondo”: los jugadores pelean durante dos minutos y luego los jueces dictaminan cuál es el ganador, según la performance de cada uno.
El profe Federico
A Federico le gusta contar la circunstancia que lo llevó a ser profesor. Un día que se olvidó su mochila con dos cuchillos de entrenamiento en la casa de Fernanda, ella se grabó haciendo los ejercicios que lo había visto hacer a él y le mandó el video. Y Federico pensó “ay, no puede ser tan mala” y se dijo “bueno, vamos a enseñarle”. De eso, hace un año y medio. A la par, él seguía tomando clases en forma intensiva, formándose con distintos profesores que lo apoyaron cuando les contó sus ganas de empezar a dar clases. Comenzó a hacerlo en plazas: en la Terán, de Nogoyá y Moliere, y en el parque de Agronomía. Hasta que se animó a presentarse en “el club de sus amores”, General Lamadrid.
“La gente que no sabe de qué se trata este deporte, cuando yo les digo que enseño cuchillo piensan que estoy loco, pero yo soy una persona sumamente tranquila”, dice Federico.
– ¿Es una manera de canalizar la violencia, como un juego?
– Federico: Yo lo que enseño es un sistema de ataque. Esto tiene su lado deportivo y su lado de realidad. Yo a todos les digo “nosotros practicamos con elementos que no lastiman pero un cuchillo de verdad sí lastima”. Como para que sepan usarlo en caso de vida o muerte, en caso de tener que defender a un familiar ya sea de un homicidio, de una violación, y no porque el que me pasó al lado en el auto me miró mal. Hago mucho hincapié en eso. No estoy a favor de la violencia. No le enseño a menores porque pienso que todavía no están preparados, yo tengo un hijo de 15 años y prefiero que siga con su vida.
Las clases de Esgrima de cuchillo en Lamadrid
Hoy el grupo lo integran unas diez personas, mujeres y varones que tienen desde veintipico hasta cerca de sesenta años. “Se formó un lindo grupo y eso es lo que yo más cuido. Si vas a ver una clase te vas a encontrar con que están todos riéndose. A mí me gusta que sea divertido”, dice Federico.
– ¿Cómo son las clases?
– Federico: Comenzamos con elongación, estiramos sobre todo las muñecas. Después seguimos con una parte de teoría, técnica y estrategia en la que hacemos ejercicios en el lugar frente a un espejo. Luego hacemos un circuito con conos, con escaleras, con ruedas, abdominales, cada uno en el tiempo y en las condiciones que va pudiendo. Después volvemos a los ejercicios de esgrima y la última media hora hacemos combates, con mucha protección y cuidándonos. Vamos parando en los combates para corregir. Estamos dos horas y monedas.
Federico destaca que para él la esgrima de cuchillo es una pasión, un deporte que le cambió la vida, que su práctica lo ayudó a enfocarse y que lo enseña “por amor, no para lucrar”. “Verlos llegar a los chicos y que tengan ganas de entrenar, ya con eso yo soy millonario. Por suerte, aprendí a mirar la vida de este lado… y es muy linda”.
En su afán de cuidar y contener a su grupo, Federico tiene algunos gestos atípicos. Por ejemplo, las remeras con que se presentan a los torneos no las vende, él se las regala cuando considera que se la merecen. “La remera se la tienen que ganar entrenando, siendo buenas personas, buenos compañeros, tratando bien si viene uno nuevo. Ahí te la ganás.”
– ¿Qué condiciones hay que tener para practicar este deporte?
– Federico: Ser mayor de 18 años y tener ganas de venir a pasarla bien. Yo creo que en el mundo ya se discrimina mucho, y a mí la verdad que si sos gordo, sos flaco, sos alto, sos bajo, tenés plata, no tenés, sos lindo, sos feo, no me importa. Todos somos iguales.
Club Atlético General Lamadrid
Dirección: Desaguadero 3180
Clases de Esgrima de Cuchillo: miércoles a las 19.30 hs.
Contacto: 11 2852-9645