«¿Qué hubiera pasado si la nave de Superman caía en la Unión Soviética en 1939 en lugar de EEUU? ¿Y qué si los neardentales no se hubieran extinguido y convivieran con los homo sapiens? ¿Y si Argentina ganaba la guerra de Malvinas? Todo eso son ucronías, los clásicos “y si” de la ciencia ficción. ¡Bienvenides al mes de la ucronía en Ansible!”, lanza Carles su mensaje en un video de Instagram, como antes lo hizo para anunciar el mes de las dimensiones paralelas, el de los planetas o el de los inventos, excusas para echar a rodar en la red social historias del universo literario que habita en los estantes de Ansible.
Del piso al techo, el mueble de madera ocupa toda la pared del fondo de Café Artigas. 1714 libros de ciencia ficción, fantasía y terror contabiliza Carles al día de hoy. Unos sillones y una mesita baja, la luz cálida y la onda del lugar invitan a recorrer con la mirada los lomos coloridos, elegir uno y sentarse a merendar con él. Después de terminarse el café con leche seguramente querrá uno llevarse el libro a casa, leerlo hasta el final, entonces pedirá hacerse socio de la biblioteca popular.
El bar, el teatro y los libros
Un grupo de artistas y amigos dio vida a este espacio cultural de Villa General Mitre en marzo del 2020, con tan mala puntería que su inauguración coincidió con el inicio de la pandemia. “Habían traído ese mueble con la idea de que ahí hubiera una biblioteca de ciencia ficción”, cuenta Carles. “Luego, comenzaron a ocuparse más de la puesta en marcha del teatro y del café y la idea fundacional de la biblioteca, que arrancó con 40 libros, no se desarrollaba. Y yo, que soy amigo de todos los que andan por ahí, en esos momentos de semiapertura pandémica de diciembre del 2020, les dije: ¨yo me voy a encargar de la biblioteca¨.”
Los días que hay clase de teatro para chicos, los socios más activos son los niños y las niñas. Llegan con libros para devolver y se llevan otros en préstamo. “Una cosa que tuve que hacer fue poner unos stickers naranjas en lo que considero que es infantil-juvenil, porque pasaba que había niños que agarraban libros, yo los veía y pensaba ¨por favor que no agarre este libro ese niño¨ porque aunque sea una historieta no es adecuada para su edad. Entonces me tuve que poner a pegar unos stickers para alertar a los padres”.
Esta biblioteca es única en su tipo en Argentina y tiene un nombre que le hace honor al género del que se ocupa: “El ansible es un aparato que permite comunicarse de forma instantánea con otros lugares del universo. Fue inventado por la autora norteamericana Ursula LeGuin y usado después por otros escritores”, cuenta el bibliotecario.
– ¿Cómo fue que el catálogo creció de 40 a 1714 ejemplares en tres años?
– Primero lanzamos una convocatoria para recibir donaciones. A fines de 2021 ya teníamos como 600 libros y ahí dije bueno, voy a hacer otra campaña para pedir donaciones de dinero y así poder hacer compras muy específicas. Sino, resulta que tenemos cuatrocientos Harry Potter pero nos faltan clásicos. La campaña decía: “Ayudanos a llegar a los mil libros”. Ahí pude comprar como 200. También pasó que las editoriales del mundillo de la ciencia ficción y los mismos autores empezaron a traernos sus nuevas producciones.
La bola se iba corriendo entre los fans del género. Llegaban a Ansible y cada uno le aportaba lo suyo a Carles: “Yo de ciencia ficción sabía hasta por ahí nomás, y se me empezaba a acercar gente pensando que si yo tenía esta biblioteca, debía saber un montón. Gente que vive adentro de ese mundillo me empezaban a hablar de autores que yo desconocía, de tendencias, de subgéneros… yo entonces tomaba nota.” Con las antenas paradas, Carles se fue haciendo un experto y Ansible un lugar de referencia.
Barcelona
– ¿Cómo se pronuncia tu nombre?
– Como si tuvieras dos amigas llamadas Carla y las nombraras a las dos.
Carles es catalán, creció en Barcelona en un barrio llamado Gracia. Allí tenía algunos amigos argentinos, hijos de exiliados. Con ellos escuchaba folclore, tango, rock nacional, y desde entonces a este país lo sentía cercano.
Lo mejor de su infancia fueron los campamentos. “Hay algo que ocurre allá en Cataluña que se llama educación en tiempo libre. Es algo totalmente masivo, en todos los barrios de todas las localidades hay asociaciones a las que van los niños cada sábado. Y luego, en Semana Santa, en vacaciones de invierno, en Navidad y en verano, se organizan campamentos. Para mí eran momentos de mucha libertad. Después, cuando uno es grande se da cuenta que para que eso sucediera, atrás había un grupo de adultos creando las condiciones”.
A los veintipico, Carles quiso ser uno de esos adultos y se formó como Educador Social, una carrera universitaria que, dice, es análoga a la que en Argentina se estudia en el Instituto del Tiempo Libre y Recreación. En ambos países la formación está influenciada por las ideas de Paulo Freire sobre una educación emancipadora.
Cruzar el Atlántico
Tenía 28 años y una novia argentina con la que vivían juntos, allá en Barcelona. Cuando Carles terminó su carrera decidieron mudarse al país de ella, y acá llegaron hace 15 años. De entrada comenzó a trabajar en proyectos socioeducativos impulsados por oenegés, por fundaciones y desde el 2011 en programas del GCBA. Desde hace un tiempo es parte de uno que se llama “Puerto Pibes”, destinado a adolescentes. Entre tanto, también fue papá de dos hijos, con los que habla en catalán.
La lógica de lo comunitario
– ¿Cómo es el funcionamiento de la biblioteca?
– Tanto asociarse como el préstamo de libros es totalmente gratis. Blas, Cata, Male y Majo que son los que atienden el café, ellos reciben a la gente, la hacen socia y anotan los préstamos. Yo vengo dos o tres veces por semana y paso los datos a la compu. Cuando alguien se asocia, le envío un mensaje y así ya tiene mi teléfono. Y en Instagram está el enlace al catálogo.
– ¿La gente devuelve los libros?
– En estos tres años, gente que nunca me devolvió un libro, que nunca me contestó los mensajes y que casi que me bloqueó a la cuarta vez que le escribí, solo me ha pasado con tres o cuatro.
– O sea que la confianza funciona.
– Es un camino que se construye. Me pasó que algunos me dijeran: “Este libro lo estuve buscando, lo necesito, te lo quiero comprar”, “No, no está a la venta. Llevalo en préstamo las veces que quieras, pero tiene que volver acá. Y que vuelva acá significa que es tuyo también.” Es la lógica de lo público de alguna manera.
– Ojalá que no la perdamos.
– A nosotros no nos van a poder privatizar, porque somos comunitarios.
Actividades
Ansible también se ha convertido en sede de actividades relacionadas con los géneros literarios que difunde. Las próximas en agenda son las siguientes:
- Sábado 30/9 19 hs: Proyección de “The mindscape of Alan Moore”, un documental sobre el más importante guionista de comics de los últimos 40 años. Luego, charla con Eugenia Alcatena y Pedro Perucca, grandes conocedores de su obra.
- Domingo 29/10: Proyección de la película Dune y charla con Michelle Arturi, quien está dictando un seminario de lectura del libro Duna. El evento será una clase abierta, como cierre del seminario.♦
Biblioteca Popular Ansible
Dirección: Artigas 1850
Instagram: @bibliotecapopularansible