Una escuela llena de proyectos

Cómo lograr aprendizajes significativos con los estudiantes del siglo XXI: dos docentes de la Técnica 24 de Villa del Parque cuentan su experiencia.

La escuela 24 es el único secundario técnico de Villa del Parque. Sus estudiantes, la mayoría chicos y chicas que viven en el barrio, cursan dos especialidades: Gestión y administración de las organizaciones y Técnico en programación y lenguajes informáticos.

En un momento en que el debate mediático cuestiona la formación, la dedicación o la eficacia de la labor docente, es interesante escuchar de primera mano algo de lo que sucede en estas aulas.

Que el aprendizaje se haga carne

“Somos conscientes que los adolescentes del siglo XXI no son tan permeables a la escuela tradicional, por eso buscamos las herramientas que nos permitan atraer sus intereses, articular saberes, darle una vuelta de rosca a la propuesta educativa”, explica Carina Sinisi, docente de matemática y química y coordinadora del área de ciencias exactas y naturales.

En esa búsqueda de atraer el interés de los jóvenes, el modelo clásico del profesor que transmite conocimiento va cediendo terreno al modelo de “aprendizaje basado en proyectos”. En la 24, están convencidos que ese es el camino. “A los profes nos gusta proponer y los chicos donde ven una propuesta interesante nunca dicen que no, eso es parte del capital simbólico que tiene nuestra escuela”, afirma Claudia Kamin, profesora de Tecnología de la Representación (materia antiguamente llamada Dibujo Técnico) y docente en la orientación Bachillerato Internacional.

Las iniciativas destinadas a los adolescentes en algunos casos son impulsadas por organizaciones sociales y están disponibles para las escuelas que quieran tomarlas. Es el caso de Clubes TED, un espacio dentro de TED Rio de la Plata, en el que los estudiantes tienen que preparar una exposición de un tema de su elección, respetando las características de las charlas TED. Las docentes son facilitadoras de todo el proceso, que culmina cuando el video de la charla está subido a la plataforma que tiene Clubes TED en la web.

Otra actividad surge de una propuesta de las Naciones Unidas, en la que los estudiantes simulan ser los representantes de distintas naciones, encargados de llevar adelante las negociaciones y debates que se dan entre los países en ese organismo internacional, trabajando en conjunto con alumnos de otras escuelas. “Es un proyecto que requiere profundizar contenidos de historia, de formación ciudadana. Como el conocimiento está aplicado a una problemática concreta, les entusiasma. No es memorizar y repetir, hoy ya no podemos concebir eso”, enfatiza Sinisi.

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Hasta la Agip tiene un programa destinado a escuelas secundarias. Se trata de un concurso llamado “Mi factura por favor”, cuyo objetivo es interesar a los jóvenes en el funcionamiento del sistema tributario y el sentido social de los impuestos. Vale destacar que la Técnica 24 salió primera en el certamen del 2020. También vale agregar que las docentes que guiaron la presentación, Vanesa Trombetta y Susana Yanovsky, lo hicieron ad honorem. Situación que se repite con muchos docentes que impulsan proyectos extracurriculares trabajando en horas no pagas.

CAS (Creatividad, Actividad y Servicio) es el nombre de un modelo de abordaje que busca difundir entre los jóvenes hábitos saludables. Bajo este modelo, el año pasado los estudiantes de la 24 organizaron una jornada de donación de sangre en coordinación con el Hospital Garraham. “Los chicos creyeron tanto en lo que estaban haciendo que se convirtieron ellos mismos en donantes. Antes de que el Garraham llegue a la escuela, ellos ya habían ido a donar. Me mandaron fotos, ¨profe, mire, estoy donando sangre¨, ¡un sábado a la mañana, estudiantes de 17, 18 años! Eso que pasó con ellos es lo que uno promueve: se hizo carne el aprendizaje”, relata con pasión la profesora Kamin.

De estudiante a profesional

Al abanico de aprendizajes basados en proyectos, este año se sumó una nueva materia, llamada Prácticas Profesionalizantes, que a partir del 2020 es obligatoria en todos los sextos años de las escuelas técnicas de Caba. Es un espacio en el que se busca apuntalar las habilidades blandas: trabajo en equipo, empatía, autogestión, que las docentes destacan como fundamentales para lo que será el empleo del futuro.

“Muchas habilidades del orden práctico las van a desarrollar las máquinas, entonces lo que se va a apreciar en las personas es lo que las máquinas no pueden hacer. Como el conocimiento duro está al alcance de todos a través de Internet, lo que se destaca es qué hace cada uno con ese conocimiento: la capacidad de investigación, de comunicación, la creatividad”, explica la profesora Kamin.

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Prácticas profesionalizantes tiene como fin que los alumnos participen en entornos socio productivos, cosa que este año, pandemia mediante, no se pudo hacer. Las docentes debieron reformular la propuesta de manera que no se pierda el objetivo de intercambio con la comunidad. Con ese fin, en la segunda parte del año trabajaron sobre un proyecto denominado “De la idea a la empresa”, donde los estudiantes debían generar una empresa simulada, que responda a una necesidad de la comunidad o de la escuela.

“El área de recursos humanos, el área de organización de la producción, el área de marketing, el área administrativo contable con sus documentos, todo eso debía estar. Solo faltaba el manejo de dinero y el producto en sí, ya que no se concretó el proceso productivo”, cuenta Sinisi, la referente de la materia.

El 27 de noviembre fue el gran día. Los alumnos presentaron sus empresas simuladas, vía zoom, a profesionales del barrio que voluntariamente se ofrecieron a escucharlos. Para ello, utilizaron el formato llamado PechaKucha (veinte diapositivas, cada una expuesta durante de veinte segundos, hilvanadas por su relato en un tiempo total de 6:40 minutos).

Fundación Itaú y la Unión de Comerciantes de Villa del Parque fueron dos de las organizaciones que participaron. Elisabet Piacentini, contadora y vicepresidenta de la Unión, comentó sobre el trabajo de los estudiantes: “Todos tenían la presentación de marketing bien armada, definida la forma jurídica de la empresa, el costo del producto, tenían pensado el punto de equilibrio: cuántos productos tenían que vender para poder empezar a ganar. Cada equipo escuchó con atención lo que les decíamos, anotaban y estaban muy agradecidos de que pudiéramos darles una devolución. Y la verdad que las docentes, unas genias”. ♦

(*) Foto de portada: Carina Sinisi, referente de la materia Prácticas Profesionalizantes, docente de matemática y química y coordinadora del área de exactas y naturales y Claudia Kamin, profesora de Tecnología de la Representación y docente en la orientación Bachillerato Internacional.

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