Violencia de género: una salida a través del arte

La historia detrás del nuevo mural en la Plaza del Corralón.

Dos que se abrazan en el centro del dibujo, asemejando un corazón. Ojos, o alas, se despliegan a uno y otro lado del abrazo. Infinidad de mariposas cruzan la mirada. Frases delinean los bordes: “Te mereces lo mejor”; “vivir sin estrés físico y mental”; “levanta vuelo”; “la solución es pedir ayuda”; “la tierra no traga mujeres”; “el que ama la violencia no tiene conciencia”; ¿por qué ellos se la creen y nosotras no?” Y como cerrando el dibujo, junto al vértice del ojo derecho, la imagen de una mujer con gesto de enojo, peinado punk, puño cerrado y un pañuelo violeta atado en la muñeca.

El mural lleva algunas semanas en un paredón de la Plaza del Corralón, lindero al secundario Larroque. Es parte de un muro que se va llenando de imágenes que interpelan: en diciembre fue inaugurada la que pintaron los Fileteadores del Conurbano contra la violencia policial. Esta vez, un colectivo de artistas impulsadas por la asociación civil Integrar Caminos trabajaron junto a estudiantes del Larroque en un taller sobre la violencia por motivos de género, y el resultado final de ese trabajo es este mural.

Que las palabras salgan

“Lo primero que hicimos fue desarmar el espacio del aula, propusimos a les chiques que muevan los bancos y que se sienten donde quieran: arriba, abajo, en el piso. Aunque estén en la institución, que algo se pueda desarmar y que ese desarme facilite el diálogo”, explica Alicia Galantz, profesora de Bellas Artes y performer, quien se sumó a la experiencia como miembro de Integrar Caminos.

“Lo primero que hicimos fue desarmar el espacio del aula, propusimos a les chiques que muevan los bancos y que se sienten donde quieran: arriba, abajo, en el piso. Aunque estén en la institución, que algo se pueda desarmar y que ese desarme facilite el diálogo”

Un ejercicio físico fue el puntapié que habilitó la palabra: en dúos, una persona guiaba a la otra, que se movía como si estuviera ciega. La que acompañaba tenía que ir cuidando que no se golpee. “A partir del trabajo corporal se abrió el diálogo: ¿qué diferencia hay entre guiar, llevar y acompañar?  Los chicos planteaban que acompañar no es imponer, no es juzgar. Hablaban mucho sobre la mirada que juzga, y que en el acompañar, en cambio, la mirada es un sostén”, describe la actividad Anabella Romano, directora de Integrar Caminos, psicóloga y docente de nivel medio y superior. Con la mirada como emergente, las y los adolescentes plasmaron las ideas que surgieron de la actividad en dibujos y collages, eligiendo frases, palabras, imágenes en revistas, que las recortaban y resignificaban a la luz de lo conversado.

“A partir del trabajo corporal se abrió el diálogo: ¿qué diferencia hay entre guiar, llevar y acompañar?

Mensajes que los chicos y chicas recortaron de revistas, les sirvieron para generar nuevos sentidos en collages.

El mural

Basándose en las producciones de los jóvenes cuatro artistas plásticas bocetaron el mural: Alicia Galanz, Mariela Kaellán, Luana Bouzo y Candela Cussa, las tres últimas integrantes del colectivo Arvest (palabra armenia que significa Arte); juntas ya habían realizado otros murales en el barrio y están abiertas a ser convocadas por otras instituciones para “llevar más arte a las calles”.

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Llegó el día en que el taller sobre violencias por motivos de género se mudó del colegio al parque para hacer el mural. Ese sábado participaron los chicos que van a los encuentros recreativos en el colegio Larroque, quienes finalizaron el mural junto con las artistas.

El mural plasma las frases e imágenes que propusieron las y los adolescentes en el taller sobre violencia por motivos de género.

“Nuestra intención última es generar sentido, que los chicos y las chicas puedan, a partir de lo que se trabaja en el taller, decir lo que sienten y lo que piensan”, puntualiza Anabella. “Y es importante que todos los chicos y las chicas se compenetraron con el objetivo de decir no a la violencia y encontrar una salida”, resalta Luana. “La consigna del taller funciona como un hilito del cual tirar y la manifestación que surge, cualquiera sea, es un aprendizaje mutuo; genera un movimiento con temas que necesitamos que tengan movimiento, que se visibilicen, también para sentirnos acompañades”, concluye Alicia.

“Nuestra intención última es generar sentido, que los chicos y las chicas puedan, a partir de lo que se trabaja en el taller, decir lo que sienten y lo que piensan”

La concreción de esta experiencia fue posible gracias a la colaboración del rector del colegio Larroque Adrián Napoli y a quienes donaron la pintura y demás materiales: la cooperadora del colegio, la Asociación de Comerciantes de Floresta y Vélez y el Colectivo Banderín. También participaron la Asociación de Fomento Manuel Belgrano y Marta Sánchez, miembro del programa “Todas”, del GCBA. ♦


Asociación Civil Integrar Caminos
Instagram: @integrarcaminos
Facebook: Integrar Caminos

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