En el verano del 2016 se dio por primera vez una epidemia de dengue en Buenos Aires. En aquel momento un mosquito Aedes Aegypti picó a Mabel Sampaolo, vecina de Floresta, que así cuenta su experiencia: “En mi grupo familiar fui la primera. Después se contagió mi sobrina, que vive pegado a mi casa, y más tarde mi marido. Y no fuimos los únicos de la manzana. Los médicos por ese entonces no la tenían tan clara y les costaba darme un diagnóstico. Los síntomas eran fiebre alta, malestar digestivo, durante cuatro días casi no pude comer. También me salió un sarpullido incómodo. Estuve muchos días sintiéndome mal sin que hubiera un tratamiento. Luego me recuperé, pero tuve que pasar por varios análisis de sangre hasta que los resultados reflejaron un equilibrio.”
Cuatro años después, el 2020 marcó el record de casos de dengue en la historia de Argentina y también de la ciudad de Buenos Aires. Hoy, con el retorno del calor y los mosquitos, asusta imaginar que en medio de la pandemia uno pueda contagiarse simultáneamente covid y dengue.
El Dr. Julio Spinoso, Jefe del Área Programática del Hospital Zubizarreta, explica cuál es el panorama: “No debería asustar. Puede ocurrir que en principio sea confuso distinguir si es una u otra porque tienen algunos síntomas similares. Pero hoy tenemos métodos para diagnosticar ambas y frente a la sospecha habrá que hacer los estudios correspondientes y cerciorarse por los resultados si se trata de covid, dengue o las dos coincidentemente.”
¿Qué pasa si se tienen ambas al mismo tiempo?
“Puede generar un potenciamiento en el malestar del individuo, pero sus efectos deberían ir por lados diferentes. Por el momento no hay experiencia. En el caso del dengue sabemos que cuando una persona se contagia por segunda vez, puede traer efectos graves hemorrágicos, y a la inversa, el covid en los casos graves puede provocar coagulación de la sangre. Habría que ver cómo se comportan ambos si se dan simultáneamente”, dice el Dr. Spinoso.
Un dato alentador es que las restricciones a la circulación derivadas de la pandemia podrían significar un alivio para el dengue el próximo verano. “Hay que ver cómo será la migración desde los países limítrofes y provincias del norte hacia Buenos Aires. Aunque no sea exacto, si es menos la gente que viaja, debería haber menos dengue producto de la disminución de los casos importados”, expresa el médico, dando un poco de esperanza.
Decirlo y repetirlo: no tiene que haber agua estancada en las casas
Para prevenir el dengue es fundamental evitar que se críen mosquitos. Y el Aedes Aegypti, que es sobre todo intradomiciliario, se reproduce en el agua de floreros, en el platito bajo las macetas, en los beberos de las mascotas, en la bandeja del escurridor de platos, en los recodos de las rejillas. Es allí donde tiene que estar nuestra atención. Y en patios y jardines cuidar que no queden recipientes acumulando agua de lluvia.
“Se necesitan más campañas de concientización que promuevan la responsabilidad social”, dice Mabel Sampaolo, que además de vecina de Floresta es miembro del Consejo Consultivo de la Comuna 10. “Los que nos contagiamos quedamos sensibilizados, pero el resto no. Y es bastante terrible la situación, porque la propiedad privada está por encima de la salud pública, entonces si el dueño no se ocupa, nadie hace el descacharreo, por lo tanto, el resto de la comunidad es víctima.”
Cuando hay terrenos baldíos o casas abandonadas que los vecinos presuman que puedan ser criaderos de mosquitos, deben hacer la denuncia al 147. Estas denuncias son derivadas a la comuna correspondiente para que envíe una cuadrilla.
La fumigación masiva en plazas y calles es poco efectiva. Sirve para reducir la población de mosquitos, pero junto con ellos mata también a otros insectos que son sus depredadores y no afecta para nada a los huevos.
Prevención desde la comuna 10
“La prevención tendría que arrancar en junio”, había dicho Yanina Arias, juntista de la Comuna 10, en una nota del mes de mayo. ¿Qué pasó desde entonces? “Desde el bloque del Frente de Todos solicitamos en junio a la Junta Comunal la creación de un programa para la prevención del mosquito aedes aegypti y acordamos armar una mesa de trabajo comunal. El presidente de Junta, Mauro Pedone Balegno, elevó un plan de trabajo al Ejecutivo, pero no recibimos todavía ninguna respuesta. Una de las ideas era incluir en la currícula escolar la temática de la prevención, para llegar de esta manera a las casas. La idea sigue en pie, pero necesitamos respuesta desde Salud Comunitaria y desde el Ministerio de Educación para implementarlo.
El Consejo Consultivo de la Comuna 10 también tomó cartas en el asunto. Solicitaron al comunero a cargo del área de salud, Ubaldo Mascali, que se realice un relevamiento de las manzanas “críticas”, ya identificadas por la proliferación de casos de dengue la temporada pasada. Pidieron también preparar al Hospital Vélez Sarsfield, dotándolo de reactivos para la identificación de dengue y de una reserva de sangre que permita hacer transfusiones a los pacientes contagiados que lo requieran.
Mascali, por su parte, respondió que está esperando recibir el plan de acción que elabora la Gerencia Operativa de Epidemiología junto con la Subsecretaría de Atención Primaria del Gobierno de la Ciudad para poder contestar la solicitud del Consejo Consultivo. Y agregó que por el momento la prevención se está realizando a través de la entrega de volantes en los domicilios. ♦