Desde muy chica, Lorena Condigiani lo sabía: su vida iba a estar ligada al tenis. Tenía tan solo tres años cuando, durante un viaje en auto, se lo dijo a sus padres. “En casa nadie jugaba al tenis, entonces me contestaron que cuando viera una cancha se las mostrara”, cuenta Lorena. La primera experiencia no fue buena, ya que por su corta edad se le dificultaba agarrar bien la raqueta. Lejos de frustrarse, esperó un par de años, comenzó a tomar clases particulares y nunca más abandonó los courts.
¿Cómo empezaste a dar clases?
“Fue casi de casualidad. A los 17 años estaba entrenando en Vélez y Fernando, mi profesor, me preguntó si podía reemplazarlo con un alumno suyo porque se tenía que ir. Yo nunca había dado una clase ni había pensado en hacerlo, la agarré por agarrar y me encantó. Después de eso hice el profesorado de Educación Física y después el de Tenis. Ya a los 19 entré a trabajar en GEVP (Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque).
Tantos años enseñando en el mismo club del barrio la vuelven a Lorena conocida para más de una generación. “La otra vez, por ejemplo, vino una mamá a traer a su hijo a las clases. Cuando me dijo el apellido le pregunté si tenía algo que ver con una ex alumna. Y me respondió que sí, que era la tía. Esa chiquita a quien yo daba clases ahora tiene 26 años y es abogada. Siempre me pasa que voy por Villa del Parque y me cruzo con ex-alumnos que ahora son profesionales. Es muy lindo porque te reconocen, se acuerdan de vos”.
La escuelita de tenis de GEVP
La “profe Lore”, es además la directora del sector de tenis de GEVP, desde el 2018. “Mi primer sueño ya lo cumplí, que era estar a cargo de las canchas, coordinar y ser responsable de todo esto. En ese sentido, estoy muy contenta”, afirma Lorena pero si no lo dijera, su sonrisa, su vitalidad, hablan por ella. Sobre el futuro, agrega: “Ahora quiero que la escuelita siga creciendo, que se convierta en un semillero».
En la perspectiva de Lorena, el puntapié inicial para ingresar al mundo del tenis pasa por el lado social. “Se trata de empezar a tomar clases, después soltarse y jugar con otra gente. La meta de la mayoría va por ese lado. Se van conociendo entre los alumnos, alquilan la cancha y empiezan a venir por su cuenta.”
La formación está estructurada en tres niveles: Escuela, Precompetitivo y Alta Competencia. Lo importante, dice Lorena, es no apresurarse. “Hay algunos que vos los ves jugar y te das cuenta que tienen mucha facilidad. Pero el deporte se va dominando de a poco.”
GEVP se caracteriza por acompañar a los tenistas en sus primeros pasos o dentro de la práctica amateur. No es un club que se dedique exclusivamente a formar profesonales, como sí lo hacen otros. “Después, el que quiera despegar, vuela y sigue creciendo donde sea”, afirma Lorena. Así lo hizo Tiziana Rossini, una chica de 16 que se inició en GEVP y ahora está compitiendo internacionalmente.
¿Cómo los afectó la pandemia?
“Fueron muy difíciles los cinco meses que estuvimos sin trabajar, en los que todo el club estuvo cerrado. En agosto del 2020 arrancamos de a poquito, como se podía, con mucho protocolo. Nadie sabía la cantidad de alumnos que iban a animarse a volver. Por suerte, no solo volvieron un montón, sino que hubo muchos que se sumaron. Eso nos sorprendió. Fue como cuando los runners salieron todos juntos a correr, al principio era uno de los pocos deportes que se podían hacer, por ser al aire libre.”
¿Por qué GEVP?
A la hora de recomendar el club, Lorena no titubea: “Los profesores que damos clases hoy en día (Matías, Martín, Marcelo y yo) estamos hace mucho tiempo, la verdad es que laburamos todos bien. Aparte, el lugar está bien ubicado, es familiar y acogedor. Los que se quedan, que por suerte son muchos, se sienten cómodos, el trato que reciben es súper bueno”.
Volar alto desde el club del barrio
Como yapa, va un pequeño diálogo vía mensaje de Instagram con Tiziana Rossini. La tenista de 16 años, actualmente se encuentra en el puesto 385 del ranking junior internacional.
¿Qué sentís que te aportó GEVP en tus comienzos?
TR: Siento que fue una etapa muy importante que hizo que siguiera jugando al tenis, porque la pasaba muy bien. Aunque lo hacía como un juego, creo que si no la hubiese pasado así de bien, capaz hubiese abandonado. Destaco mucho la buena onda que hay en GEVP, siempre me sentí cómoda. ♦
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