Agroecología cerca de casa

Nodos gestionados por vecinos canalizan la distribución de productos de la economía social. Atrás de ellos hay organizaciones que nuclean a miles de pequeños productores, con la bandera de la soberanía alimentaria y el comercio justo.

Jugando con el nombre de la calle en la que vive, Magariños Cervantes, Elina Mercogliano le puso “Maga” a su nodo. Será que algo de mágico tiene ir a comprar un bolsón de verduras agroecológicas a la casa de una vecina, tan a contracorriente de nuestras prácticas habituales de consumo.

Sábado por medio llega hasta ahí el flete que le envían desde Mercado Territorial (MT). Bajan los cajones con frutas de estación, las bolsas con verdes, con hortalizas, los paquetes con legumbres, los frascos de miel y mermeladas, los bidones con detergente o jabón baja espuma.

Elina, a cargo de la gestión del Nodo Maga de Mercado Territorial, entrega los productos sábado por medio.

Más de trescientos productos de la agricultura familiar, de pequeños emprendedores y de cooperativas de trabajo se venden a través de la red de nodos de MT. A la casa de Elina llegan los productos que previamente encargaron, completando un formulario, los vecinos y vecinas que ese sábado irán a buscarlos a este punto de entrega en Villa Santa Rita.

El germen de los nodos

A unas diez cuadras de lo de Elina, Emiliano Aguilera gestiona el Nodo Biarritz, en Villa del Parque, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). A su casa el flete llega todos los jueves desde hace un año y medio, trayendo los productos de la economía popular (otro de los nombres con que se conoce a esta forma de producción y comercialización). Antes, él era un comprador de los bolsones agroecológicos y también vendía a través del nodo del barrio sus hamburguesas veganas.

Un día, los vecinos que lo llevaban adelante, le contaron que se mudarían a Devoto y le ofrecieron continuarlo. “Tomé la posta, lo fui reforzando y levanté la bandera”, dice con orgullo.

Emiliano, responsable del Nodo Biarritz de UTT, entrega los bolsones agroecológicos y demás productos todos los jueves.

Carolina lodigiani se mudó a Monte Castro en el 2016. “Lo primero que hice fue buscar un nodo”, recuerda esta vecina que hoy es parte del equipo de logística de Mercado Territorial, en vínculo directo con los productores. “Yo consumía de esta manera hacía tiempo, intentando que mi alimento venga directo del productor, evitando los supermercados. Y en Monte Castro encontré el nodo de Séptimo Varón, en su local de Alcaraz y Gualeguaychú”.

En Séptimo Varón Carolina conoció a Alberta Bottini, la encargada de ese nodo, quien le abrió un mundo. Alberta, docente de la Universidad de Quilmes, le contó que en la UnQui existe una Tecnicatura en Economía Social y Solidaria. “Me pareció maravilloso que mi forma de consumo se tradujera en una formación. Me anoté sin dudarlo. ¡Imagínate mi vida viviendo en Monte Castro y yendo a cursar a Quilmes todas las semanas!”, recuerda hoy Carolina, ya recibida.

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Mercado Territorial desde adentro

La Universidad de Quilmes está atrás de la experiencia de MT. Fue en sus aulas que se gestó este proyecto de extensión universitaria en el marco de una incubadora llamada Economía, Mercados y Finanzas “con la idea de construir canales alternativos de comercialización que generen cercanía entre quienes producen alimentos y quienes los consumen”, dice su página web.

A Carolina la invitaron a ser parte de la gestión en el 2018. “Ese espacio de militancia y de consumo se transformó en un trabajo”, “la experiencia que me ha dado es impresionante”, dice agradecida.

El lugar físico donde desarrolla su tarea está en el Mercado Central, en un gran galpón en el que acopian la mercadería que les envían los productores. Desde allí salen los fletes que hacen el reparto a los nodos, en un radio que abarca la ciudad de Buenos Aires, la zona sur del conurbano y el primer cordón de la zona norte.

“Mercado Territorial fue una de las primeras iniciativas de distribución de bolsones de verdura de transición agroecológica”, cuenta Carolina. Con esa denominación se refiere a las cosechas de los pequeños productores que antes empleaban pesticidas y fertilizantes químicos y que actualmente utilizan otros de origen orgánico. En los casos en que siguen aplicando químicos, ese uso es a conciencia y limitado, mínimo en comparación al que utiliza la producción a gran escala. (*)

Hay en MT un equipo de técnicos que acompañan a los productores familiares, brindándoles el asesoramiento para que puedan llevar adelante su transición a la agroecología. El precio de venta se decide en asambleas periódicas en las que participan productores, consumidores, intermediarios logísticos y responsables de nodos.

 El boom de UTT

“Antes de la pandemia era una cosa, después explotó y se multiplicaron los nodos”, afirma Emiliano sobre el crecimiento de esta red, que se hizo famosa en el 2019 a partir de una foto, la del “verdurazo” en Plaza Constitución: habían estacionado un camión junto a la plaza y regalaban verduras a todo aquel que se acercara, como modo de protesta y visibilización de su trabajo. La acción fue reprimida por la policía, se volcó un cajón, berenjenas rodaron por la vereda, una anciana se agachó a recogerlas y  un fotógrafo captó el instante, que se viralizó.

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“Acercamos alimentos sanos a través del comercio justo”, “luchamos por el acceso a la tierra y a la soberanía alimentaria” enuncia la UTT en su página web.

“Hoy es gigante”, dice Emiliano en relación al tamaño de la organización que involucra a más de 22.000 familias campesinas de todo el país. “Estuvo hasta en Cocineros Argentinos. Se está instalando, es una especie de revolución y a mí me pone muy contento ser parte, que del alimento sano que llega a mi casa, coman un montón de vecinos”.

Constantemente lo llaman personas nuevas que lo contactan a través del listado de nodos que figura en la página de UTT. “Viene gente de todo tipo, algunos humildes y otros de más poder adquisitivo”, describe Emiliano. Pero hay algo que todos tienen en común: “la conciencia de que ciertas cosas están muy mal y que hay que cambiarlas, que lo que consumimos nos está envenenando y hay que cortar aunque sea con algo, con lo que se puede.”

(*) Sobre los agroquímicos encontrados en frutas y verduras que se comercializan en los circuitos tradicionales. Según un informe del Senasa del 2021 el pimiento, la manzana y la pera fueron los tres alimentos a los que se le encontraron mayor residuo de agrotóxicos: contenían 37, 35 y 33 principios activos. Le seguían la uva (30), la naranja (30), el tomate (30), el limón (29), el durazno (28), la lechuga (26) y la banana (24). Estos fueron los alimentos que rankearon entre los diez más contaminados. Fuente: Agencia de Noticias Tierra Viva


UTT – Nodo Biarriz:
Instagram: @nodo.utt.biarritz
Whatsapp: 11 6370-5886

MT – Nodo Maga:
Instagram: @elinayogamerco
Whatsapp: 11 5259-2562

Otras redes de la economía popular en el barrio:

La Yumba
Web: www.layumbacooperativa.org
Whatsapp: 11 6007-0578

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