Alfredo Sadi

Si le preguntan de dónde es, ¿qué responde?

-Yo soy uruguayo, pero es como si fuera argentino, porque mi vida se hizo toda acá. Vinimos muy jóvenes con mi señora, cuando estábamos recién casados. Al principio y durante muchos años vivimos en Flores, y lo que menos pensaba era que me iba a mudar a Villa Santa Rita. Pero resultó que en este barrio encontré a mis amigos y a mis compañeros. Las vivencias más fuertes que tengo son de acá.

¿Y qué fue lo que lo trajo a esta zona?

-Siempre tuve algo que ver con Santa Rita. En el año 66 trabajé en una cantina que estaba en la avenida Nazca, entre Camarones y San Blas, donde ahora hay un banco. Se llamaba “La cantina de Don Alfredo”. Años después y durante un largo tiempo, trabajé en el Club Imperio Juniors, con un show que se hacía todos los sábados en el que participaban los grandes cantores de la época.

Un día un compañero me dijo “mirá, tengo un departamento en la calle Campana a estrenar, ¿te querés venir para acá?”, así fue que me mudé, hace ya veinte años. Y estoy totalmente feliz en este barrio.

¿Qué le gustó?

-Me encantó que sea tranquilo, los buenos vecinos, viste. En seguida hice amistad con todo el mundo. Acá conocí al acordeonista con el que formamos el cuarteto. Se llama Quique Sosa y vive a la vuelta de mi casa. Lo conocí unos cinco o seis años atrás, cuando todo el vecindario se inundó. El primero que pasó a tocarme timbre y preguntar si necesitaba algo fue él. Él sabía que yo era músico, porque cuando caminaba por la vereda de mi casa escuchaba mi guitarra, pero yo no sabía que él era acordeonista. Y a partir de ahí, hicimos una amistad. Después conocí al que ahora es el contrabajista de nuestro cuarteto, Matías González, que también es un gran músico de este barrio. Sebastián Barreda, nuestro guitarrista, no es del barrio, pero lo vamos a traer en cualquier momento.

En Villa Santa Rita vive el Tata Cedrón, ¿conoció a algún otrx tanguerx de la zona?

-Nina Miranda vivía en el barrio, en Tres Arroyos y Helguera. Ella era muy famosa en Uruguay. Se desesperaba por cantar, hizo una gira a los 85 años con los mejores maestros del mundo. Venía a los cumpleaños de mi familia, y grabó un disco conmigo.

Usted es muy conocido entre la gente que gusta del tango en el barrio por “La Milonguita de Don Alfredo”, de los días jueves. ¿Cómo inició ese espacio, que ahora ya es tan tradicional?

-La Milonguita es un espacio de espectáculos de tango y clases de baile que comenzó hace un tiempo largo. Pasamos por diferentes lugares: desde Villa Crespo al Centro Cultural Resurgimiento, y luego en Jonte y Condarco, en el café Argot. Allí había un grupo nutrido de vecinos -cuarenta personas seguro- que venían todas las semanas, los jueves a las clases y los fines de semana a los shows, e incluso había gente que se quedaba escuchando desde la vereda. En Argot llegamos a tocar con el Cuarteto. De ahí nos mudamos a La Esquina Rosada, en Nazca y Magariños Cervantes. Y ahora estamos en Sr. Antonio, en Gaona y Bufano. Tenemos clase de tango a cargo del gran maestro Roberto Riobo, práctica abierta y show, todos los jueves a las 20.30.

Cuénteme sobre el nuevo disco del Cuarteto Rioplatense.

-Lo empezamos a grabar a fines de 2017, y lo llamamos “Luna, Jazmín y Santa Rita”, en homenaje a Villa Santa Rita. Próximamente lo vamos a estar presentando.

¿Baila también usted?

-No, yo no bailo.

-Y no, ¡si sos de madera! -dice la señora desde el comedor, y los dos esbozan una sonrisa. ♦

El Cuarteto Rioplatense presentará su nuevo disco los domingos 14 y 21 de octubre a las 20 hs. en “Mora Cocina Fusión Bar” (Carranza 1969, Palermo). Según nos contó Matías González, el contrabajista del grupo, el disco incluye clásicos del repertorio del Rio de la Plata (uruguayos y argentinos), obras de Alfredo y algunas joyas rescatadas del olvido.