Al principio eran tablas con estampas infantiles y ruedas de plástico coloridas que se vendían en jugueterías. Luego fue evolucionando, se perfeccionaron las tablas, los trucks, las ruedas y la tecnología permitió que hoy el skate sea un deporte con todas las de la ley. Hace diez años que Rodrigo Jiménez lo practica. Publicitario y videasta independiente, dice ser el filmer de skate más activo de la Argentina debido a la cantidad de eventos y campeonatos en los que se hace presente.
Nos encontramos con él en “el Roffo” o “Roffo Park”: así la llaman los pibes y pibas que vienen siempre a esta pista, que está pegada a las vías del tren San Martín y a metros de la barrera de Beiró.

¿Cómo nació la idea de un skatepark en Devoto?
Un grupo de skaters del barrio empezamos a idear el proyecto porque queríamos tener una pista cercana en la que poder practicar y se lo llevamos a Carlos Guzzini (el anterior presidente de la Comuna 11). Le presentamos un modelo diseñado por Tulio Ginés, que es un reconocido arquitecto, docente de la UBA y además un destacado skater que hizo skateparks por todo el país.
Anteriormente, en este lugar había una cancha de fútbol con rejas perimetrales, había también juegos para chicos pero nadie los usaba porque el ambiente era hostil y el predio estaba descuidado. Se habían instalado personas en situación de calle, habían colgado toldos. También se juntaban borrachos que dos por tres se agarraban a las piñas. A nosotros se nos ocurrió que hacer la pista acá era una oportunidad para recuperar la plaza. Ahora es un lugar seguro, hay un ambiente buenísimo.
¿La pista quedó como esperabas?
En realidad no. La idea inicial era hacer tres bochas de helado con distintas profundidades, o sea un tribowl, en cambio lo que hicieron es una semi bowl. En este parque no podés hacer un campeonato porque las medidas no lo permiten: no da la altura de las barandas y la escalera no tiene carrera previa para pasar cinco escalones. Supuestamente esta pista iba a ser un copypaste de la de “Pachá” (la pista del Parque Costanera Norte), pero no lo fue. Hay un momento que el proyecto dejó de estar en manos de la Comuna y pasó al gobierno de la ciudad. Cada vez que venía Horacio Rodríguez Larreta le explicaba lo que estaba mal y me miraba como diciendo: “pero si la pista la tenés”. Para evitar que esto vuelva a pasar, hablé con el legislador Daniel Del Sol y le pedí presentar un proyecto de ley que contemple que la Federación Argentina de Skate tenga un sello para homologar la construcción de skateparks, y así asegurarnos que se hagan bien. Esta pista costó millones y no es que esté mal hecha, pero hay cosas que no sirven.

¿Tenés algún plan a futuro para desarrollar en el barrio?
Me gustaría realizar un evento en esta plaza a principios del 2020. Para eso estoy recolectando premios y cosas para regalar. La idea es juntar a todos los skaters que vienen habitualmente, convocar a dos profesionales para que hagan una muestra y también un DJ que musicalice.
Durante el transcurso de la nota una chica y un chico de unos diesiete años disfrutaban el rato con sus tablas. Antes de que caiga el sol y la tarde se convierta en noche, se van encarando hacia la puerta de la plaza, no sin antes despedirse de Rodrigo, quien le pregunta al chico: “¿Che, vos que estás todo el tiempo acá, ¿cuánta gente viene por día?” El skater le contesta: “De los nuestros seis o siete locals only, después no sé… entre quince y veinte personas por día”. Rodrigo nos explica que la expresión “solo locales” dicha en inglés es originaria del surf; el chico la dijo a modo de chiste, sugiriendo que los skaters del barrio que se juntan en el Roffo ya son como una familia. ♦