¿Es un problema el embarazo en la adolescencia? Tal vez antes de responder haya que definir la adolescencia. O las adolescencias. Hablamos de una etapa vital marcada por los cambios, cambios físicos y espirituales que sufrimos al pasar de la infancia a la adultez. Pero además es larga la adolescencia. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) transcurre entre los 10 y los 19 años y se divide en tres etapas: la “temprana” (entre los 10 y los 13), la “media” (entre los 14 y 16) y la “tardía” (de los 17 a los 19, aunque puede extenderse más).
El informe “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en la Argentina” que este año dio a conocer el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) no duda en calificar al embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana como problemas sociales de magnitud, en parte porque afectan negativamente las trayectorias educativas y laborales de esas madres, pero además porque se asocian con peores resultados de salud para las adolescentes y sus hijes.
En la Argentina se dan alrededor de 700.000 nacimientos por año. Según datos de 2017, 94 mil -un 13 por ciento- fueron hijes de adolescentes menores de 20 años; y alrededor de 2.500 de niñas menores de 15 años.
Aquí cabe hacer una diferenciación importante, porque si bien hablamos de “adolescencia” no es lo mismo tener 13 años que 19. Por eso los embarazos en la adolescencia temprana y media resultan preocupantes: porque a menor edad de las niñas, más probable es que ese embarazo sea producto de relaciones forzadas.
Otro dato clave es que el 70 por ciento de los embarazos en la adolescencia no son planificados. Y que un 65,5 por ciento de esas adolescentes quedan embarazadas por no usar un método anticonceptivo.
Mitos que persisten
En los centros de salud de la Ciudad de Buenos Aires existen consejerías para acompañar a las mujeres ante situaciones de embarazos no buscados e interrupción legal de embarazos. En el Cesac 34 (Artigas 2262) la “Consejería de reducción de daño y riesgo en embarazos no planificados” funciona los jueves a las 8.30 y los viernes a las 9.30. Ahí trabajan en forma interdisciplinaria dos tocoginecólogas, una trabajadora social y una psicóloga, Karina Cammarota.
“Hoy persisten muchos mitos en relación con los métodos anticonceptivos, cosas como que las pastillas anticonceptivas engordan, que con el preservativo no sentís nada, que ‘contar los días’ sirve”, dice Cammarota. “Con las adolescentes trabajamos la idea de que los anticonceptivos te dan libertad sexual. Es decir: también desde el placer y no solo desde la enfermedad y el peligro”, explica y habla de seguir apostando por la Educación Sexual Integral (ESI) y por la idea de que “hablar de sexo sea algo más liviano”. Según la especialista se ve poco trabajo con los hombres en torno al uso de anticonceptivos. “Para las chicas la negociación del preservativo es todo un tema. Les pedimos a ellas que digan que sin preservativo ‘no’, pero llegado el momento erótico eso es difícil. Hay cosas que se pueden prever: mejor es negociarlo antes”.
El poder de decidir
También en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires funciona el programa de “Retención escolar de estudiantes embarazadas, madres y padres”, que busca desde una perspectiva de derechos que las y los adolescentes madres y padres puedan continuar el secundario.
Soledad Gallardo es coordinadora regional de ese programa que tiene un referente en cada escuela media porteña y que intenta “reposicionar a les adolescentes como estudiantes para, a partir de ahí, buscar otras tramas de cuidado”. “Pensamos la prevención desde el lado de la promoción de los derechos más que desde el paradigma del riesgo o para evitar ‘desvíos’, lo que implica que los pibes y las pibas tomen decisiones sobre su propio cuerpo. Que si hay un embarazo, sea porque es un proyecto, y no porque no se pudo acceder a un método anticonceptivo, o decirle al otro que se ponga un preservativo, o incluso interrumpir ese embarazo. En todas esas instancias se van jugando procesos de decisión”, dice Gallardo. Y concluye: “Con información no alcanza. Como educadores tenemos que lograr que los pibes se apropien de ese contenido y puedan ponerlo en ejercicio crítico”. ♦
¿Qué es la “ILE”?
La Interrupción Legal del Embarazo (ILE) habilita a terminar con el embarazo en los casos contemplados en el artículo 86 del Código Penal:
- Si el embarazo es producto de una violación, entendida como cualquier relación sexual no consentida o en un marco de violencia de género.
- Si el embarazo pone en riesgo la vida o la salud en sus dimensiones biológica, psicológica y social.
Para acceder a la ILE -que en el primer trimestre de gestación se lleva a cabo con Misoprostol en forma ambulatoria- solo hace falta dar el consentimiento informado y declarar que la situación está entre las que contempla la ley.
¿Qué más podés hacer?
- Acceder a métodos anticonceptivos. Tenés derecho a elegir el método anticonceptivo que mejor se adapta a tus necesidades y a recibirlo gratis en hospitales y centros de salud públicos de todo el país.
- Consultar por teléfono. Hay una línea gratuita para realizar cualquier tipo de consulta confidencial sobre salud sexual o Interrupción Legal del Embarazo: el 0800-222-3444.
- Ir al médique. A partir de los 13 años tenés derecho a ir al médique sin tus tutores, que te atiendan, te escuchen y te proscriban todos los métodos anticonceptivos reversibles. Desde los 16 años podés tomar de manera autónoma todas las decisiones sobre el cuidado de tu cuerpo.
- Informarte. Te recomendamos las webs “Hablemos de todo” y “Puedo decidir”.