En pos de una vida con proyectos

Se llama Casa del Futuro. Ese edificio antiguo sobre la Avenida Beiró que en el pasado albergó un reformatorio, desde el 2016 reabrió sus puertas con el objetivo opuesto al de una cárcel para jóvenes: ahora su misión es motivar a los que tienen entre 15 y 24 años, acompañándolos en crear una vida con proyectos.

Minutos antes de las diez de la mañana, había en la ve­reda una gran cantidad de jóvenes haciendo cola para entrar. Ese día en la Casa se realizaba una feria laboral, que a tono con la propuesta general, se llamaba “Construí tu futuro”. Una mesa en la entrada era el lugar para acreditar­se. Adentro, todo estaba listo para recibirlos. “Nosotros hemos detec­tado que el joven necesita muchas veces que se le acerquen las pro­puestas, esperar que ellos salgan a buscarlas los obliga a manejar situaciones que no les resultan fá­ciles” –nos cuenta Victoria Anelli, directora de la Casa del Futuro-. “Lo que nosotros buscamos con eventos como esta Feria es, por un lado, que conozcan lo que es la orientación vocacional, que puedan pensarse y reconocer sus deseos. Y por otro lado presentarles una oferta universitaria de capacitación y programas gratuitos, que sobre todo en CABA es enorme. También tenemos un sector donde vienen representantes de empresas del sector privado a charlar con los chi­cos, recibir CVs y a explicarles de qué se tratan los trabajos. Muchas veces damos por sentado que ellos saben lo que es trabajar en Sushi Club o en el Hospital Italiano, y no necesariamente lo saben.” Apenas uno entra a la Casa del Futuro llama la atención la puesta en valor del viejo edificio. Dan ga­nas de recorrerlo, de leer cada uno de sus carteles, de salir al patio cu­yas paredes están decoradas con murales que denotan el universo juvenil, dan ganas de subir las es­caleras y en el camino de ascenso leer los relatos escritos por chicas y chicos, que cuelgan de las paredes.

La vida en la casa

Para conocer más profundamente la propuesta de la Casa del Futuro le preguntamos a su directora cuál es el trabajo que realizan con los jóvenes que se acercan, y esto nos dijo:

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– Nuestro objetivo es motivarlos y acompañarlos en crear una vida con proyectos. Lo que buscamos es que los jóvenes tengan un lugar de pertenencia en el cual puedan des­cubrir cuáles son sus metas, cuáles son sus deseos y que empiecen a trabajar en pos de alcanzarlos.

 

¿Cómo hacen para lograrlo?

– Contamos con un equipo interdis­ciplinario formado por psicólogas, asistentes sociales y docentes. Cada chico que ingresa a la casa tiene una entrevista donde identifi­camos su situación habitacional, su trayectoria educativa, si necesita un plan para terminar sus estudios, sacamos como una foto. Después tratamos de darle todos los recur­sos y herramientas que necesite para poder crecer.

En general los chicos se acercan por los talleres. Vienen a aprender teatro, o a aprender computación o aprender serigrafía (la oferta es muy variada) y a través de esta llegada con un interés particular, siempre estamos detectando otras necesidades y orientándolos para que vayan encontrando hacia don­de quieren ir.

Hay chicos que tal vez vienen y par­ticipan de un taller un día y después siguen viniendo porque es un lugar donde les gusta estar, meriendan, se hacen nuevos amigos, juegan al ping pong. Eso también son oportu­nidades donde el equipo trabaja pa­ra conocerlos más, para ver cuáles son sus intereses, sus necesidades y escucharlos. Vemos que hay una gran necesidad de los jóvenes de ser escuchados y de ser mirados.

 

Victoria Anelli, directora de la Casa del Futuro, recibiendo a los jóvenes que se acercaron a la feria laboral.

 

¿Cualquier joven que esté en el rango de 15 a 24 años puede participar de las actividades de la Casa?

– Sí. En principio la casa está orien­tada para un público en situación de vulnerabilidad, pero lo que nos pasa particularmente en esta casa, por las características del barrio, es que te­nemos un público muy heterogéneo formado por chicos de clase media y chicos de clase baja, y se construye una convivencia increíble, en donde no tenemos ningún problema de dis­criminación ni de agresión. Tenemos chicos que no terminaron la escuela y chicos que tal vez están en un ter­ciario.

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La falsedad del ni-ni

– Algo que nosotros buscamos con este espacio es revalorizar en el ima­ginario social el lugar de los jóvenes mal llamados ni-ni, porque nosotros entendemos que un joven que no es­tudia ni trabaja no es porque no quie­re; tal vez requiere de contención y de otros recursos y otras herramientas, dado que está en un contexto en el que hay muchas barreras como para estudiar o trabajar. Además muchas veces esos jóvenes mal llamados ni-ni sí trabajan, pero lo hacen dentro de sus hogares, cuidando hermanos, cuidando abuelos enfermos, trabajos que están fuera del marco laboral for­mal pero que son necesarios.

Mejor en red

– Parte de la esencia de la Casa es en­tender que una única institución por sí sola no puede, por eso somos muy abiertos y articulamos con muchísi­mos organismos, para unir fuerzas y así alcanzar realmente resultados tangibles. Necesitamos del Ministerio de Justicia, del Ministerio de Trabajo, del Ministerio de Modernización, necesitamos de la Comuna 11. Acá se formó una Red de la Comuna 11 donde participan un montón de acto­res: hospitales, Centro de la mujer, Centro de Acceso a la Justicia, ho­gares… necesitamos articular y com­partir diagnósticos, problemáticas y darnos soluciones unos a otros. ♦

Casa del Futuro de Devoto:

Dirección: Beiró 3901 (y Chivilcoy)
Facebook: @CasaFuturoDevoto
Instagram: casafuturo.devoto
Mail: casadelfuturodevoto@gmail.com
Twitter: @CasaFuturoDvt

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