¡Felices 90 años al club El Alba!

Casi centenario, el club de Villa del Parque tiene su relevo generacional asegurado con una comunidad de socios dispuesta a cuidarlo y abrir sus puertas al barrio. Cada espacio, cada actividad, es deporte y es encuentro. Una charla con sus dirigentes, el buffetero y el profe del gimnasio.

Al caer la tarde sobre Villa del Parque, ese viernes de agosto El Alba se llenó de amigos. En la pared de la entrada, una tela escondía la placa que iba a ser descubierta de un momento a otro. El club cumplía años y la Legislatura porteña lo abrazaba con un reconocimiento que decía: “A la Asociación Vecinal de Fomento Edilicio y Cultural El Alba, por el 90 aniversario de su fundación”

“Para nosotros fue re lindo, porque el legislador que tuvo la iniciativa de la placa, Francisco Loupias, jugó acá al baby. Nosotros lo atendíamos en el buffet cuando era chiquito y verlo ahora venir como legislador fue re emotivo”, dice Romina Maida, actual tesorera y esposa del presidente de El Alba, Sebastián Di Giácomo.

En el buffet de El Alba, el actual presidente, Sebastián Di Giacomo, y su antecesor, Amadeo Ricart, agradecen el reconocimiento de la Legislatura porteña por el 90 aniversario del club.
El legislador Francisco Loupias, promotor del homenaje, junto a Sebastián Di Giácomo y Amadeo Ricart.

Sebastián y Romina llegaron al club en el 2003 para trabajar en la gestión del buffet, la cancha y el salón. “Nosotros estábamos todo el día en todo: en las actividades y en los arreglos. Nuestra hija, que hoy tiene 22 años, se crio acá adentro haciendo patín. Ahora tenemos un nene de 8 jugando al fútbol todos los días”, cuenta Sebastián cómo fue creciendo su cariño por la institución, en la que ya no trabaja pero a la que le toca dirigir, a pedido de los demás socios históricos.

Así es el relevo generacional en todos los clubes de barrio y es una suerte que el amor se contagie y que siga habiendo vecinas y vecinos con ganas de entregar su tiempo, ad honorem, para dar continuidad a estos espacios comunitarios.

“Nuestro sueño ahora es hacer una segunda cancha arriba de la actual”, anuncia el presidente.

“Nuestro sueño ahora es hacer una segunda cancha arriba de la actual”, anuncia el presidente. Se trata de un proyecto ambicioso porque implica reemplazar el tinglado que cubre la cancha por un techo de losa. Lo cierto es que El Alba necesita más espacio. Este año, a pedido de los chicos y sus familias, incorporaron futsal -antes había solo baby fútbol- y tuvieron que alquilar canchas en otro predio de Villa del Parque para entrenar porque en el club no dan abasto.

El bodegón de El Alba

El que también conoce muy bien al Alba es Carlos «Banana» Álvarez, responsable del buffet hace cuatro meses: “Yo nací a la vuelta del Pedro Lozano, de Devoto, ese era mi club. De chiquito venía al Alba a jugar como visitante… Te hablo cuando la cancha tenía piso de tierra”.

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Después, en la adolescencia Carlos se unió a un grupo de gente más grande que se juntaba a jugar en el Alba todos los lunes. Así durante veinte años. Algunos jóvenes fueron relevando a los mayores y la tradición siguió. Ahora el día de partido es el jueves y fue en uno de esos encuentros que Sebastián le propuso hacerse cargo del buffet. “Yo tengo una fiambrería en Belgrano hace treinta años, antes tuve una casa de comida. Seba sabía que yo conozco el tema de la gastronomía y por eso me preguntó si me interesaba tomar el buffet”, cuenta Carlos.

Carlos Álvarez, el buffetero de El Alba.

¿Cuál es la propuesta gastronómica?

— A mí me gusta darle bien de comer a la gente, que se vayan contentos. Pensando en un estilo tipo bodegón armamos un menú con plato del día.
Por ejemplo, los lunes hacemos pollo al horno con papa, los martes pastel de papa, los miércoles tengo boloñesa que se puede servir con ravioles, tallarines, canelones o ñoquis, el jueves hacemos carne al horno y el viernes vamos variando. También siempre tenemos: bife con ensalada, puré con costillita de cerdo a la riojana, milanesa de pollo, milanesa de carne, napolitana… El precio de una mila napolitana con guarnición es de $13.500, y comen dos personas.

El buffet del Alba está abierto desde las 9 de la mañana de lunes a sábado. El horario de la cocina es de 11 de la mañana a 11 de la noche. También ofrecen el servicio de catering para la gente que alquila el salón.

El gimnasio del primer piso

Muchos vecinos aún no saben que escaleras arriba, en el primer piso de El Alba, hay un “Gym Urbano”, un espacio dirigido con calidez y compromiso por Gustavo Cambón y Sabrina Montoya. Llegaron al club de Joaquín V. González poco antes de la pandemia, con una larga trayectoria dentro del rubro fitness en el barrio.

En este gym, la mitad del espacio es un “box de entrenamiento” de Funcional y Crossfit y la otra mitad es una sala de aparatos tradicional. “Normalmente, en la mayoría de los gimnasios, ambos espacios se utilizan por separado. Nosotros quisimos hacer un híbrido, que todos puedan aprovechar lo bueno de cada uno”, dice Gustavo.

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Gustavo Cambón y Sabrina Montoya, responsables del gimnasio de El Alba.

— ¿Qué es el CrossFit y el Funcional?

— El CrossFit es un deporte en el que seguís una planificación de entrenamiento que se llama WOD, por las siglas en inglés: work out day, que todos los días cambia. Esta planificación toma ejercicios de distintos deportes y nos exige un poco más de lo que estamos acostumbrados. Un día el profe va a decir “ahora nos vamos a colgar y vamos a hacer pies a la barra”. “¡Uh! ¡No aguanto ni diez segundos colgado!”. “Hoy vamos a subir la soga.” “Che, no puedo subir la soga.” “Hoy vamos a hacer la vertical.” “Yo no sé hacer la vertical.” “Vamos a levantar una barra de 20 kilos por arriba.” “¿¡Y eso!?” Todos esos objetivos se alcanzan a largo plazo con mucho trabajo de técnica y con mucho compromiso. Eso es CrossFit. El Funcional participa de esos contenidos pero en una medida menor, con otros ejercicios no tan extremos.

En el gimnasio de El Alba al vínculo humano lo cuidan tanto como al cuerpo. “Ese es mi proyecto como docente: que la gente entre acá y en una hora logre evadir todos los quilombos, logre hacer un amigo, logre tener un abrazo. La palabra es integración”, dice Gustavo con orgullo.

Afecto y compromiso

En realidad, la cualidad de “ser familia” impregna todas las actividades del club. “La profe Aldana, de Patín, empezó cuando tenía 17 años con cero nenas y hoy tiene más de cien -dice Sebastián- y patín de El Alba es reconocido en todos lados.” Algo parecido dice Romina del profe de Taekuondo: “Lo aman, es un genio. Está desde 1994 y da la clase con unas ganas como si empezara recién.” Y así cada actividad: Pilates, Boxeo, Capoeira, Ritmos, el histórico Centro de Jubilados… “Ahora sumamos Teatro para chicos y adolescentes”, anuncia Romina, y cuenta que la profe, vecina del barrio, es Nadia Di Cello, que fue actriz en Chiquititas.


Club El Alba
Joaquín V. González 2469, Villa del Parque
Instagram: @clubelalba

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