Un banco cuyo objetivo no es el lucro

El único banco cooperativo de América Latina festejó 40 años de su fundación.

Hoy el Credicoop tiene más de 250 filiales esparcidas en todo el país. En sus comienzos, allá por el año 79, eran 44 cajas de crédito de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, que se unieron y fundaron el banco para enfrentar una arremetida del gobierno militar, que pretendía hacer desaparecer a las cooperativas.

El pasado viernes 22 de marzo una multitud celebró el cuarenta aniversario del banco en Parque Norte. Vínculos Vecinales participó del evento y allí pudimos charlar con asociados de la Sucursal de Devoto. ¿Qué diferencia tiene el Credicoop con un banco privado? -les preguntamos.

“En el Credicoop no sos cliente, sos asociado”, apunta Oscar Lostri como primer definición -él es dueño una pyme en la que fabrica repuestos para automotor. “Se puede hablar con el gerente sin pasar de mano en mano, acá directamente uno va, golpea la puerta de su oficina y el gerente te atiende. Y si querés participar, te sumás a las comisiones de asociaciados, vas a las reuniones y te involucrás en la gestión del banco”, comenta Alicia, esposa de Oscar.

¿Cualquier persona que tiene cuenta en el Credicoop puede participar en la gestión?

Osvaldo Carbonetti, dueño de la heladería Kikamora (Sanabria 2568),  aclara: “Hoy en día por el tamaño que tiene el banco y por el volumen de dinero que maneja, las decisiones se toman desde una mesa muy reducida. Pero de todas formas hay una pirámide donde se van elevando las inquietudes. Las comisiones de asociados de cada filial forman la base de la pirámide y cualquier asociado puede participar. Subiendo la pirámide está la Comisión Asesora Zonal, conformada por uno o dos miembros de cada sucursal, encargados de trasladar las inquietudes de la sucursal a este nivel intermedio. Lo que se decida en la Comisión Asesora Zonal, se eleva a la mesa chica. Así hay un ida y vuelta permanente entre la base y la conducción del banco.”

Te puede interesar  Una alianza de artistas visuales

Transformar el mundo

María Ester Rizzi, que es dueña de una empresa de fumigación y la presidenta de la Comisión de Asociados de la Sucursal 27, comenta: “Para mí el Credicoop es un sentimiento, el amor al cooperativismo lo recibí de mis padres y lo entiendo como una forma de transformar el mundo”.

En el mismo sentido Osvaldo apunta que el Credicoop es “una institución absolutamente comprometida con la sociedad y con el país. El dinero de los argentinos en manos de los argentinos es una de nuestras máximas. Y damos testimonio en la práctica que puede ser eficiente una cooperativa que no busca el lucro y funciona democráticamente. Además entendemos que al desaparecer el lucro, tenemos una sociedad más justa y mejoramos como personas, al poner por delante lo colectivo por sobre lo individual.”

 

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Oscar Lostri, Osvaldo Carboneti, María Ester Rizzi, Andrea y Alicia Lostri: miembros de la Comisión de Asociados de la Filial 27 del barrio de Devoto.

 

Dar al barrio

¿Qué significa no tender al lucro? ¿Cómo se expresa eso en la práctica?

O.C.: El Credicoop busca la rentabilidad mínima necesaria para poder seguir funcionando, toda la ganancia se reinvierte, y lo que sobra vuelve a la sociedad. Por ejemplo, cuando la filial cumple con todos los objetivos de gestión que se planteó a principio del año, gana un premio en pesos. Ese dinero la Comisión de Asociados lo destina a las instituciones del barrio que lo necesiten.

MER: Una de las últimas obras que hicimos fue en la Escuela de educación especial Tobar García. Los chicos sólo tenían agua fría para lavarse las manos y la cocina necesitaba refacciones; nosotros les instalamos un termotanque y compramos los materiales para hacer los arreglos, luego los papás colocaron las cerámicas y los chicos pudieron tener un espacio adecuado para sus talleres de cocina y de cerámica. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *