Compras comunitarias

"Tan importante como el ahorro que generan es el vínculo humano que promueven", dicen Juana y Jorge, dos devotenses que impulsaron un grupo de compras comunitarias que hoy reúne a sesenta vecinos. Su deseo: transmitir la experiencia para que otras personas armen grupos y a la larga llegar a hacer una federación.

"Tan importante como el ahorro que generan es el vínculo humano que promueven", dicen Juana y Jorge, dos devotenses que impulsaron un grupo de compras comunitarias que hoy reúne a sesenta vecinos. Su deseo: transmitir la experiencia para que otras personas armen grupos y a la larga llegar a hacer una federación.

Compras comunitarias

"Tan importante como el ahorro que generan es el vínculo humano que promueven", dicen Juana y Jorge, dos devotenses que impulsaron un grupo de compras comunitarias que hoy reúne a sesenta vecinos. Su deseo: transmitir la experiencia para que otras personas armen grupos y a la larga llegar a hacer una federación.

Jorge Ghersa y Juana Acuña toda la vida tuvieron una intensa participación comunitaria, sea desde el ámbito de la cultura, la educación, la política o, como en este caso, la economía social.Ahora están replicando por tercera vez una experiencia que, dicen, pusieron en práctica primero en el año 1974, cuando eran una joven pareja, y después en el 2001: las compras comunitarias.

Ellos están arraigados en Villa Devoto y el grupo de consumidores que por iniciativa suya se fue armando tiene como epicentro ese barrio y Villa Pueyrredón. En la primera compra (que concretaron poco después de que asumiera el nuevo gobierno) se habían sumado trece vecinos, en la última casi sesenta.

El motivo de esta nota es estimular a otros vecinos y vecinas a que aprovechen la experiencia de Juana y Jorge para armar otros grupos de compras comunitarias. Ellos gustosos se ofrecen a compartirles su «know how».

El motivo de esta nota es estimular a otros vecinos y vecinas a que aprovechen la experiencia de Juana y Jorge para armar otros grupos de compras comunitarias. Ellos gustosos se ofrecen a compartirles su know how.

Jorge y Juana, dos vecinos de Villa Devoto con gran experiencia en compras comunitarias, dispuestos a compartir su «know how» con quien quiera replicarla.

La compra

Las propuestas de mercadería a comprar, el intercambio de información y  de opiniones se da a través de un grupo de whatsapp. Allí, antes de cada compra debaten acerca de qué productos sí y cuáles no, teniendo en cuenta si son de estación, si el precio conviene, si hay suficientes interesados para llegar a un volumen significativo.

– Jorge: De repente alguien en el chat te dice «¿y si compramos papel higiénico?». Y la gente entra a opinar: “Sí, compremos porque está muy caro”, y otro dice: “también rollos de cocina”.

El grueso de las compras comunitarias son frutas y verduras que compran en el Mercado Central cada quince días. No utilizan el sistema de bolsón porque es “un formato rígido, característico de una acción centralizada vertical” en el que los participantes no eligen qué comprar. En este caso, “se parece más a la  compra que haríamos en un local pero sin el factor lucro”, explica Juana.

“Se parece a la  compra que haríamos en un local pero sin el factor lucro.”

En el chat de whatsapp hacen una encuesta. Así definen para qué productos hay suficientes interesados como para justificar una compra al por mayor. Luego Jorge se toma el trabajo de chequear en la web qué precios tenían esos productos la semana anterior, hace un promedio entre varios vendedores y  define un precio estimado por kilo. En el chat publican el precio de cada producto y los integrantes del grupo hacen su pedido: detallan su lista y sus cantidades.

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– Jorge: Vos decís “yo quiero 2 kilos de esto, 3 kilos de esto”, hay gente que pide 1 kilo.  Y después viene el trabajo de consolidar las cantidades. Luego, tenés que compararla con la unidad de compra. El cajón de bananas tiene 20 kilos. La bolsa de papa tiene 18 pero, como ya tenemos alguna experiencia, sabemos que cuando nos dicen 18 kilos de papá ¡minga! nunca es 18, hay 17, 16.

– ¿Compran agroecológico también?

– Juana: La verdad que no, sería fantástico pero tiene algunas contras. La mayoría de la gente que es fan de lo agroecológico ya tienen sus lugares de compra. Además suele ser más caro y hay menos proveedores. Entonces por ahora vamos a las frutas y verduras convencionales.

– Jorge: Lo que aprendimos es a tirarnos a la dimensión mediana: no compramos el morrón rozagante, compramos el morrón mediano. También aprendimos que carne no se puede comprar porque la pauta de calidad que vos tenés para la carne no es la mía ni la de ella y no hay caso.

– Juana: Lo único que compramos de proteínas son huevos. Eso sí, alto estándar: huevos grandes.

– Jorge: Y después de largo batallar nos hicimos de un proveedor lácteo: Melincué. Le compramos leche, queso, manteca.

Cada quince días van al Mercado Central con la lista de los pedidos que recogieron en el chat del grupo.

El pago

El manejo de dinero queda reflejado en el chat de whatsapp. Cada participante saca la cuenta de cuánto sale su pedido y a eso le suma el 4 %. (Fue idea del grupo la iniciativa de compensar con ese porcentaje el gasto de nafta y la propina del changarín que carga los bultos hasta la camioneta en el Mercado Central.)

– Juana: El manejo del dinero es transparente. La gente dice «mi cuenta da tanto», hace la transferencia y manda el comprobante al chat del grupo. Cuando venimos del Mercado con los precios definitivos, pagan la diferencia si es que la hay.

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El reparto

En la última compra volvieron del mercado con 47 bultos.

– Juana: Éramos tres viejos que bajamos todo eso de la camioneta y nos pusimos a armar los pedidos, a fraccionar con una balanza y a cargar la información en un Excel. Si vos caes en ese momento, armás tu pedido y ayudas a armar algún otro pedido más.

Lazos sociales

Jorge y Juana subrayan que tan importante como el ahorro que generan estas compras comunitarias es el vínculo humano que promueven.

Tan importante como el ahorro que generan estas compras comunitarias es el vínculo humano que promueven.

– Jorge: Llega una persona a retirar su maple de huevos y se queda cuarenta minutos hablando de la mamá que no consiguen los remedios, del hijo, de sus angustias.

– Juana: También de sus alegrías, de sus orgullos, de su historia personal. Eso es muy interesante. Yo me he hecho amiga de algunas vecinas que hace 30 años vivimos a pocas cuadras y nunca les había visto la cara y ahora nos hablamos por teléfono, nos preocupamos porque hay una que está enferma y por qué pasa con el dengue.

– Jorge: Es una manera de volver a la profundidad.

– Juana: Es maravillosa la riqueza de ese tejido social totalmente invisible. Vos podés vivir al lado de gente que está haciendo cosas espectaculares y no saberlo.

La federación soñada

Cuentan Juana y Jorge que la red de compras comunitarias que habían armado en 1974 estaba conformada por gente de 12 barrios. En cada barrio había un encargado por manzana que tomaba el pedido. Luego, se juntaban todos los encargados de manzana de un barrio, sumaban sus pedidos y uno de ellos lo reportaba a la central de doce barrios.  “En el momento en que  comprábamos éramos una potencia”, dice Jorge.

Ellos quisieran replicar aquella experiencia en el presente. Si más vecinos armaran grupos de compras comunitarias, luego podrían unirse en una federación y comprar juntos, por ejemplo, un camión de yerba directamente al productor. ♦


Contacto:
Teléfono: 11 6282-2845 (Jorge)
Mail: jghersa@yahoo.com.ar

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