El comercial 11 de la calle Pedro Lozano es una de las 14 escuelas secundarias nocturnas que el gobierno de Rodríguez Larreta pretende cerrar en forma progresiva a partir del próximo año. A ella concurren adolescentes con sobre-edad que no pueden asistir ni a una escuela secundaria diurna ni a una de las nocturnas destinadas a la población adulta. “A ellos es a quien más hay que proteger”, nos dice una profesora de matemática, “la relación es cuerpo a cuerpo, el docente no sólo dicta su materia”, nos dice una de francés. Al calor de las asambleas, las marchas y los abrazos a la escuela, Vínculos Vecinales habló con ellas en la sala de profesores del Comercial de Devoto.
Por Verónica Ocvirk y Mariana Lifschitz
La ministra dijo que la Ciudad viene trabajando desde hace años para mejorar la calidad educativa de jóvenes y adultos. Que se han creado sedes nuevas, y también programas nuevos. Que ahora, en realidad, no se están cerrando escuelas, sino apenas “una modalidad”. Y que esa modalidad, no tiene una gran matrícula, ni planes actualizados, de hecho en ella se recibe menos del 40 por ciento de los estudiantes que ingresan.
Todo eso señaló en declaraciones radiales la titular de la cartera de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, mientras se conocía el contenido de la controvertida resolución 4055/2018 publicada en el Boletín Oficial el último 14 de diciembre. Así, con las copas casi alzándose para el brindis del 24, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta estableció de un plumazo el cierre progresivo de 14 comerciales nocturnos que funcionan en la Capital. Quienes ya están cursando podrán continuar sus estudios hasta finalizarlos en 2022. Pero a partir de 2019 ya no habrá nuevos inscriptos en primer año.
Una de las escuelas afectadas es el Comercial 11 Dr. José Peralta que funciona en Pedro Lozano 4250 entre Mercedes y Gualeguaychú, pleno barrio de Devoto. Ahí docentes y alumnos hicieron un abrazo simbólico el pasado viernes y ahí mismo, entre tristeza e incertidumbre, dos docentes conversaron con Vínculos Vecinales acerca de este nuevo golpe de la administración de Cambiemos hacia la educación pública.
Actualizar o no actualizar, esa es la cuestión
“Es cierto que los planes estaban desactualizados. Y también es cierto que el plan de estudios data de 1974. Pero los docentes no podemos cambiar el formato de escuela. Sin embargo sí nos aggiornamos dentro de lo que podíamos, y por ejemplo dentro de ‘Tecnología Mercantil’ damos Informática. Es obvio que no se da más ‘Contabilidad Mecanizada’, por más que la materia lleve ese nombre, en esas horas enseñamos todo lo que tiene que ver con el uso de nuevas tecnologías”, marca Inés Skura, docente de matemática del turno noche del Comercial 11 hace más de 30 años.
De acuerdo a Skura cuando empezó la Nueva Escuela Secundaria, lo que llaman “la NES”, el Comercial debería haberse adaptado al nuevo plan. Como la escuela secundaria normalmente tiene cinco años y la nocturna se cursa en cuatro, la adaptación a la NES presentaba una complejidad extra.
“En 2014 yo era vicedirectora del turno noche. Ese año fuimos convocados a una reunión para ver cómo nos adaptábamos a la NES. Y cuando fuimos a la reunión sólo nos dijeron: ‘a ver ¿a ustedes qué se les ocurre?’. Empezamos a trabajar en conjunto con docentes de los otros comerciales, elaboramos un proyecto y se los presentamos. Pero nunca tuvimos una respuesta” -nos cuenta Skura-. Hasta que unos días atrás reunieron a los rectores para comunicarles que iban a cerrar los comerciales”.
El comercial 11 cuenta con más de cien alumnos, y tiene dos cursos por cada uno de los cuatro años. En general se inscriben entre 20 y 25 estudiantes por curso aunque luego -como es natural- hay cierta cuota de deserción. “Este año se recibieron 25 chicos, que no es poco en una escuela que solo tiene dos cursos por año”, sostiene Skura.
Los alumnos de las secundarias nocturnas se pueden dividir en dos grandes categorías. Por un lado están los adultos, y por otro una gran población de adolescentes de entre 15 y 17 años que al haber dejado la secundaria, o repetido en más de una oportunidad, no pueden acudir ya a las escuelas diurnas por un tema de sobre-edad. “A ellos es a los que hay que proteger especialmente -advierte Skura-, porque los adultos pueden acudir a los Centros Educativos de Nivel Secundario o CENS, donde se puede ingresar recién a partir de los 18 años”.
Por el momento, si bien la ministra Acuña aseguró que en un radio de diez cuadras los alumnos podrán encontrar opciones similares a los comerciales que van a cerrar, no queda claro cuáles son estas alternativas. “Acuña dijo que se podría ir a otras escuelas de la zona, pero la verdad es que fehacientemente no se sabe nada -señaló a Vínculos Vecinales una delegada de UTE-. No hay nada oficial”.
Una segunda oportunidad
Según una investigación realizada en 2010 por el propio gobierno de la ciudad de Buenos Aires (disponible en http://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/escuelas_secundarias_con_planes_de_cuatro_anos._perfil_de_docentes_y_alumnos_2010.pdf), estos comerciales nocturnos con planes de cuatro años constituyen ofertas para jóvenes y adultos con trayectorias educativas atravesadas por altos índices de fracaso escolar, especialmente en términos de abandono y repitencia. “Si bien los niveles de exclusión que se presentan en estas instituciones son muy significativos -advierte el informe-, no podría afirmarse a partir de este estudio que estamos ante la presencia de instituciones expulsivas en términos de su gestión institucional o pedagógica. Por lo contrario, podría considerarse que estos establecimientos constituyen una segunda oportunidad, especialmente para jóvenes menores de dieciocho años que han transitado por situaciones de fracaso escolar en el nivel primario y secundario”.
El trabajo revela también que más del 60 por ciento de los docentes encuestados advertía ya en ese entonces la necesidad de realizar modificaciones en el plan de estudios, en el régimen de asistencia y en los libros de textos y materiales didácticos, así como en el pobre y frágil equipamiento escolar.
Los docentes del Comercial 11 aseguran hoy que el trabajo del turno noche es muy “cuerpo a cuerpo” con cada chico. Que no es cierto que no hay alumnos. Que en muchos casos se los llama por teléfono o se los va a buscar a la casa si no están acudiendo a clase. Que siempre se está atrás de cada chico para que no abandone. La escuela recibe alumnos del barrio, otros de provincia -que más que nada llegan por la cercanía del tren- y algunos de villas cercanas.
“El docente hace muchos abordajes, no sólo la materia que dicta. Trabaja en el vínculo con el alumno y en la relación que tiene con la familia, los problemas laborales, es un todo. Por eso que existan cursos de pocos alumnos realmente es beneficioso, porque podemos dedicarnos mucho más a ellos”, comenta la profesora de francés Mónica Dufou. “Y puede ser que los planes sean obsoletos, pero combatimos esa obsolescencia con proyectos y actividades que atraigan el interés de los chicos”, agrega.
“En francés hicimos un intercambio con una escuela francesa de la ciudad de Lille. Y en ese marco organizamos una salida didáctica en la que recorrimos toda Buenos Aires, nos sacamos fotos y después escribimos todo eso en francés. Como justo eran las Olimpíadas de la Juventud, nos encontramos con deportistas africanos con los que los chicos pudieron poner en práctica su rudimentario conocimiento del idioma. Después editamos algunos videos que enviamos a alumnos de esta escuela de Francia y ellos nos mandaron a nosotros videos de su ciudad con un relato en español. Algunos siguieron contectados por Instagram, se mandan mensajes, con lo cual continuarán usando el francés, cosa que para mí, como docente, es una gran satisfacción”.
Skura analiza: “Nuestra sensación es que esto no es una actualización educativa, sino solo un ajuste. Porque el argumento es que estamos desactualizados, pero es a ellos a quienes les corresponde actualizarnos y darnos un formato que se ajuste a la ley”.
La idea, mientras la semana pasada se frustró una sesión especial para tratar este tema en la Legislatura de la Ciudad, es no arrancar con el ciclo lectivo 2019 hasta que no se dé marcha atrás con la decisión. “El sábado pasado Larreta se tuvo que ir por la puerta de atrás de una reunión con vecinos en el Club Allende de la calle Melincué. Docentes y alumnos del Comercial 11 hicimos ruido y él se terminó escapando por la otra salida”, remata Skura. Y confiesa: “Yo jamás había ido a una marcha. Ahora estoy aprendiendo a luchar”. ♦
* Agradecemos a Analía Meo, socióloga especialista en educación, por la información que nos aportó para la redacción de esta nota.