La ByLPLI de Camarones

La defensa de los derechos humanos en todas sus formas es la razón de existir de este espacio que es cultural, es comunitario y es político apartidario.

Al escuchar el nombre uno se pregunta qué será: ByLPLI suena a algo que hay que desentrañar. Lo mismo pasa con la apariencia exterior de su sede en Villa Santa Rita: una casa bien de barrio, algo antigua, sobre una calle tranquila a media cuadra de la avenida.

Cada cosa en su vereda está cargada de sentido. Si hay algo que cuidan en la Biblioteca y Librería Popular de Literatura Inclusiva es el sentido: lo que se dice, lo que se hace, cómo se lo hace, cómo se lo enuncia.

En la vereda el plátano tiene un cartel que informa el nombre de su cantero: “Movimiento de mujeres y diversidades indígenas por el buen vivir”. Botas viejas y Crocs sirven de maceteros que cuelgan del tronco. ¿Quiénes son estas mujeres y diversidades? La respuesta se puede leer en un texto impreso y colgado en el mismo tronco.

Junto al plátano, paralelos al cordón, hay dos macetas grandes como tótems y entre ellas un bicicletero. Una maceta dice “en honor a Andrés Carrasco” y la otra “en honor a Sofía Gatica y Madres de Ituzaingó”, se trata de referentes ambientales que lucharon contra el uso intensivo de agroquímicos de comprobada toxicidad.

La sede de Villa Santa Rita fue inaugurada en el 2021. En 2023 inauguraron una segunda ByLPLI en San Telmo y en 2024 planean inaugurar dos sedes más.

“La ByLPLI es politemática” –define Federico Baggini, uno de los integrantes de la “grupalidad” que lleva adelante este proyecto–, “medio ambiente, salud mental, villas, contextos de encierro, niñeces y adolescencias, discapacidad, son muchas las aristas”, enumera. Esta primera sede la inauguraron en octubre del 2021. En junio del 2023 inauguraron la segunda en San Telmo. Y en el 2024 esperan inaugurar dos más.

Los tres ejes

Antes de abrir las puertas de la ByLPLI sus integrantes se hicieron tres preguntas y las respuestas que se dieron modelan su modo de andar.

  1. “¿Cómo nos sustentamos?” Proyecto ByLPLI se autosustenta de forma comunitaria socializando los diversos gastos de un inmueble en el que conviven una vivienda, una biblioteca y un espacio de militancia compartida.
  2. “¿Cómo entendemos la propiedad?” Federico explica que en la ByLPLI entienden que habitar los inmuebles es un privilegio, por eso los piensan como una “propiedad comunitaria” compartida por muchas organizaciones. Así, durante estos años, los medios de comunicación Feminacida, AnRed, Tierra Roja, el Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir, la Asamblea TTNB (Traba, Trans, No binaria) por la Salud Integral, Trinchera Socorrista, Fase Operativa, Caballo ed Troya, A juego lento, Desplegare, compartieron la sede de Camarones. “Son organizaciones que trabajan con diferentes poblaciones y la idea es que ésta es su sede, no es un espacio que la ByLPLI les presta. Les damos una llave y la responsabilidad del lugar es compartida. Por supuesto, manejamos una agenda en donde acordamos días y horarios de uso para no pisarnos”.
  3. “¿Cómo desarrollamos nuestras prácticas en derechos humanos?” Sobre este tercer eje, el nombre de la sala es elocuente: “Nora Cortiñas”. Dice Federico: “Quien la conoce sabe que Norita es la madre de todas las batallas, es nombrada así porque pone el cuerpo en todas las luchas y en toda vulneración de derechos. Es un faro para nosotres, nos sentimos representados por esa lucha, por esa forma de militancia, por esa forma de trabajar social y políticamente, que además es apartidaria.”
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«Les vecines pueden venir también a leer, a estudiar», invita Federico.

La biblioteca

Legalmente, la ByLPLI es una Asociación Civil y Biblioteca Popular. Como Biblioteca tiene un acervo que hoy supera los 10.700 títulos y los cien asociados. Los socios y socias pagan una cuota mensual mínima (ahora es de 1500 $) y pueden llevarse libros en préstamo.

El primer y único filtro que tiene que pasar un libro para integrar el catálogo de la ByLPLI es ideológico. “Nos fijamos que el contenido no nos genere una ambigüedad hacia adentro”, dice Federico y cuenta casos en los que esa ambigüedad debió ser sorteada: “Aquellos libros que tienen un nicho social que los lee o el libro tiene otros valores aunque no comulguemos con su contenido o con la ideología del autor –por ejemplo, J. K. Rowling, la autora de Harry Potter–, tenemos esos libros y adentro les agregamos un volante en donde decimos que la ByLPLI no está de acuerdo con el contenido o con el posicionamiento ideológico de la persona que lo escribió y que invitamos a que ingresen a Internet y puedan buscar noticias del autor o autora. En los de Borges también lo ponemos.”

En los estantes de la Bylpli hay novelas, cuentos, poesías, “literatura para las niñeces”, ensayos. “Tenemos un catálogo actualizado, tanto por alguna compra de libros como por donaciones: hay gente que compra un libro nuevo y una vez que lo leyó, lo dona”, dice Federico.

Las actividades

Durante un día normal, la sala Nora Cortiñas está dispuesta para el trabajo. Una mesa larga con unas cuantas sillas, aire acondicionado, wifi, una heladerita, una pava eléctrica. “Les vecines pueden venir también a leer, a estudiar”, invita Federico.  Cerca de la ventana el «Espacio para las niñeces y adolescencias», con una mesita y silla bajas, lápices de colores, juegos de mesa.

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La ByLPLI también funciona como lugar de acompañamiento para personas que atraviesan problemáticas determinadas: violencia de género, adicciones, situación de calle, interrupción voluntaria del embarazo. Allí donde haya vulneración de derechos la gente de la Bylpli está para sostener. Es un trabajo que hacen en red con otras organizaciones y profesionales especializados en cada una de las problemáticas.

Y cuando hay alguna actividad, la sala se adapta: “celebramos el día de la niñez, hacemos cine debate, participamos del Festival de Cine Interbarrial, damos talleres de alfabetización para personas en situación de calle”, Federico repasa un poco de lo que ocurre en el lugar. “Hacemos también presentaciones de libros, ciclos de poesía, narración oral, actividades para las niñeces, hay de todo un poco.”

La ByLPLI ofrece el espacio a que toda persona que quiera hacer una actividad, teniendo en cuenta que no contradiga su posicionamiento político-ideológico. “Estamos más que abiertos a escuchar las propuestas y tenemos unas facilidades muy notorias como que no cobramos nada”, dice Federico. ♦

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