Luces y sombras del comercio barrial en cuarentena

Mientras se suman aperturas y protocolos, los locales buscan renovar la forma de llegar a los consumidores. La delicada situación de restaurantes, salones de fiesta, gimnasios y peluquerías. Y la expectativa por un día del padre que será diferente a cualquier otro.

Mientras se suman aperturas y protocolos, los locales buscan renovar la forma de llegar a los consumidores. La delicada situación de restaurantes, salones de fiesta, gimnasios y peluquerías. Y la expectativa por un día del padre que será diferente a cualquier otro.

Luces y sombras del comercio barrial en cuarentena

Mientras se suman aperturas y protocolos, los locales buscan renovar la forma de llegar a los consumidores. La delicada situación de restaurantes, salones de fiesta, gimnasios y peluquerías. Y la expectativa por un día del padre que será diferente a cualquier otro.

“Apuesto a que el comerciante encuentre sus estrategias para seguir vendiendo. Es cierto que hay desconcierto, pero al mismo tiempo también se ve que los que están al frente de los locales vivieron muy bien el hecho de poder ponerse en funcionamiento. Tal vez entra poca gente, pero vuelven a tener ese contacto. La sensación del que todavía no tiene permitido levantar la persiana es totalmente diferente”. Quien habla es Elisabet Piacentini, contadora y Vicepresidente de la Unión de Comerciantes y Profesionales de Villa del Parque.

Los locales de ropa y calzado, últimos agregados a la lista de “habilitados”, se adaptan a las nuevas normas: la prueba de las prendas no está permitida, y en cuanto al calzado sí es posible probárselo previa desinfección con alcohol en gel.

Lucen diferente Cuenca y sus alrededores. A la principal arteria comercial del barrio le dejaron un solo carril para los autos con la idea de ampliar el lugar que tienen los peatones, mientras que Nogoyá permanece cortada al tránsito entre Helguera y Campana por la misma razón: para que la gente tenga la posibilidad de circular manteniendo cierta distancia. El horario de apertura permitido es de 11 a 21. Los compradores hacen cola afuera de los comercios con sus barbijos puestos, quienes atienden ofrecen alcohol en gel y se mantienen atentos a que no se sobrepase la cantidad máxima de personas que cada espacio admite. Los locales de ropa y calzado, últimos agregados a la lista de “habilitados”, se adaptan a las nuevas normas: la prueba de las prendas no está permitida, y en cuanto al calzado sí es posible probárselo previa desinfección con alcohol en gel.

Nogoyá permanece cortada al tránsito entre Helguera y Campana para dar más espacio a la circulación peatonal.

El comentario de los comerciantes es unánime: por el momento están vendiendo un 30 por ciento de lo que vendían habitualmente. El celular de María Cristina “Mary” Ribaudo explota. Cerca de 400 socios tiene la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales de Monte Castro, que ella dirige desde hace 23 años. “Tenemos 21 grupos de Whatsapp y las dudas son permanentes: quién puede abrir, en qué horarios, con qué protocolo. Estamos respondiendo mensajes hasta las dos de la mañana”, explica. Ribaudo pone el foco en los comercios que aún siguen cerrados, como peluquerías, salones de fiestas, restaurantes, gimnasios y también los locales que están en galerías, que quedaron en la misma situación que los shoppings, aunque con unas necesidades y situaciones bien diferentes. “Esa gente está desesperada, no cabe otra palabra”, reflexiona aunque entiende que abrir puede tener un costo “y eso hay que considerarlo. No es fácil la decisión que hoy pesa sobre las espaldas del Jefe de Gobierno y el Presidente de la Nación”.

El bajón, y después

“Antes de la pandemia elaborábamos 40 mil kilos semanales de muzarella. De esos, 28 iban a locales gastronómicos, pero como ahora están cerrados, o solo manejan delivery, nuestra facturación se vio muy afectada”, dice Alejandra Souza desde la fábrica recuperada Séptimo Varón. “Las ventas en los locales en general se mantuvieron -agrega-. Al principio la gente estaba asustada y se llevaba de todo, pero últimamente cada vez compran menos, porque en la mayoría de los hogares el ingreso bajó y vienen al local con poco efectivo o poco límite en la tarjeta. Por eso implementamos los envíos a domicilio, y estamos buscando llegar a lugares donde no estábamos presentes”. Souza hace hincapié en el hecho de que las cooperativas se quedaron afuera de las medidas implementadas por el Estado para afrontar la pandemia. “Estamos preocupados por esta situación y esperamos que se revierta. Pedimos ser incluidos en el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción -ATP- de las empresas autogestionadas”, advierte y remarca: “queremos que no haya diferencia entre las Pymes y las cooperativas para acceder al ATP”.

Las cooperativas se quedaron afuera de las medidas implementadas por el Estado para afrontar la pandemia. Desde Séptimo Varón piden que no haya diferencia entre éstas y las Pymes para acceder al ATP.

Desde Pimiodka -local en Devoto que ofrece postres y empanadas, célebre también por sus medialunas- Iván Marconi relata que los primeros 20 días de la pandemia ni siquiera abrieron. “Fue para cuidarnos y ver un poco qué pasaba. Pero luego todo se fue extendiendo y extendiendo, y al final abrimos. Estamos en una situación de acumular deuda. Si antes vendíamos diez, ahora vendemos cuatro. Y a eso se agrega que para el comercio las cosas no venían bien desde 2018”, recuerda, aunque reconoce que a la vez queda capacidad para luchar el día a día. “Somos jóvenes y nos encanta lo que hacemos. Entendemos que este puede ser un momento malo, pero tampoco es el final de todo. A la mañana cocinamos y luego abrimos de 16 a 19, trabajamos más que nada a pedido, hicimos un mapita y yo mismo reparto con la moto”, detalla.

“Abrí, poné lo mejor de vos, arma tu vidriera divina”, dice Piacentini que les aconseja a los comerciantes. La contadora que además es titular del sector Mujeres Empresarias en FECOBA observa que así como entre los consumidores existen dificultades económicas, “también hay gente que cobró su sueldo entero y no lo pudo a gastar porque entre otras cosas no salió a comer ni fue al cine. “Apunten a ese consumidor, aprovechemos eso para que empiece a circular el consumo”, subraya y rescata la oportunidad que tiene el comercio de cercanía, dado que las grandes marcas de los shoppings no pueden hacer promociones.

Apostar a la unión

Si bien hace algunas semanas circuló la propuesta de trasladar el Día del Padre al mes de julio (e incluso a septiembre), finalmente se acordó mantener la fecha tradicional del tercer domingo de junio. Como los comercios todavía no tienen permitido abrir los sábados, se está tramitando esa posibilidad dado que se supone será el día de mayores ventas. Por lo pronto la Asociación de Comerciantes de Monte Castro lanzó vía Facebook un concurso para sortear entre las fotos más divertidas de padres junto a sus hijos cinco vouchers de dos mil pesos para agasajar a los papás en su día. “No obstante todo lo que está pasando seguimos lanzando estas iniciativas con excelente respuesta”, destaca Ribaudo y agrega que desde la Asociación se donaron alimentos al club All Boys -que está repartiendo viandas- y barbijos para el Hospital Vélez Sársfield. “Estamos trabajando muchísimo para ayudar al pequeño y mediano comercio y al barrio. No podemos tomar grandes decisiones, pero sí presentamos nuestros pedidos a Fecoba, que va siguiendo todas las inquietudes”, explica y concluye: “Estamos viviendo una situación única, y ante todo tenemos que cuidarnos. Dios quiera que estemos todos bien cuando todo esto termine”. ♦

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