Que no se pierda ese tesoro

Que abra otra vez, que traigan de nuevo los libros, que reparen el techo, que más gente se asocie y que se transforme en el centro cultural público de Villa Santa Rita. Eso reclaman los vecinos para la biblioteca Rafael Obligado.

Que abra otra vez, que traigan de nuevo los libros, que reparen el techo, que más gente se asocie y que se transforme en el centro cultural público de Villa Santa Rita. Eso reclaman los vecinos para la biblioteca Rafael Obligado.

Que no se pierda ese tesoro

Que abra otra vez, que traigan de nuevo los libros, que reparen el techo, que más gente se asocie y que se transforme en el centro cultural público de Villa Santa Rita. Eso reclaman los vecinos para la biblioteca Rafael Obligado.

Con las infancias como protagonistas en una tarde llena de cuentos, un grupo de vecinos y vecinas de la biblioteca pública “Rafael Obligado”, situada en el pasaje Crainqueville al 2200, reforzó su pedido para que el espacio cultural, que estuvo cerrado desde el inicio de la pandemia, vuelva a ser un punto de reunión barrial con nuevas actividades que vayan más allá del retiro de libros.

El encuentro fue en una tarde de junio, frente a la sede de la biblioteca, donde la narradora oral de cuentos y vecina de Villa Santa Rita Miriam del Sastre compartió historias con niños y niñas, y también con los más grandes, que se congregaron para aunar fuerzas e ideas sobre el futuro del sitio.

La Rafael Obligado forma parte de la red de bibliotecas públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Tras la intensa campaña motorizada desde el grupo barrial, semanas atrás el edificio volvió a abrir sus puertas a medias, con una empleada administrativa que atiende de lunes a viernes de 10 a 17, solamente para el retiro de libros y la lectura dentro de la sala.

Tras la intensa campaña motorizada desde el grupo barrial el edificio volvió a abrir sus puertas a medias, con una empleada administrativa que atiende de lunes a viernes de 10 a 17, solamente para el retiro de libros y la lectura dentro de la sala.

Si bien los vecinos celebraron la reapertura dispuesta por el Gobierno porteño, aclararon que el reclamo está vigente, dado que el inmueble evidencia severos daños estructurales producto de la falta de mantenimiento durante el tiempo que estuvo cerrado.

En la planta alta parte del techo se cayó al piso y sobre los libros. El desprendimiento se debió a la presión que ejerció el agua acumulada durante sucesivas lluvias, que no pudo desagotar porque las canaletas estaban tapadas con las hojas caídas de los árboles.

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La situación en el primer piso puso en riesgo gran parte de los 7000 libros que conformaban el patrimonio cultural del lugar. Según afirmaron los visitantes recientes, muchos de los ejemplares fueron retirados de esta sede a un destino que no fue informado pero que, presumiblemente, podría ser alguna de las otras bibliotecas públicas que sí volvieron a la actividad.

Hasta que la biblioteca reviva

Los residentes del pasaje Crainqueville, preocupados por el destino del edificio, inicialmente reclamaron a través de los canales oficiales que prevé el gobierno porteño y, especialmente, a la Directora de Promoción del Libro del Ministerio de Cultura, Carla Artunduaga, de quien depende la red de bibliotecas. La respuesta llegó el 22 de junio, con un mail que les anunciaba la reapertura, en las condiciones mencionadas.

“Si bien reconocemos que ha habido una respuesta positiva dado que se habilitó la planta baja de la biblioteca, mantenemos activo el pedido para que reparen el primer piso”, dijo Roxana Amenábar, vecina del pasaje Crainqueville, a Vínculos Vecinales. Y remarcó la necesidad de una “limpieza y desinfección profunda porque hay una invasión de ratas” que afecta a las casas linderas y uno de sus focos es la biblioteca.

Un par de semanas después, a inicios de julio, consiguieron reunirse con funcionarias de la Dirección General de Promoción del Libro para dialogar sobre el futuro de la Biblioteca, quienes les confirmaron la voluntad de reparar el primer piso y también hacer “un arreglo total del edificio”.

Fue bien recibida la propuesta de ampliar la oferta de «la biblio» de Villa Santa Rita sumándole talleres y actividades culturales, pero por ahora queda supeditado a que se concreten las mejoras edilicias.

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Mientras tanto, para ir calentando motores, en la reunión sobrevoló la idea de organizar un festejo para el próximo 4 de septiembre, fecha en que la Rafael Obligado cumplirá 83 años.

Mostrá tu interés: asociáte

Hacer visible el interés del barrio ayudará a lograr la continuidad de la biblioteca y que las autoridades habiliten su funcionamiento como centro cultural.  En ese sentido, la cantidad de socios es muy importante.

Por eso, estos vecinos piden que se asocien quienes consideran importante que la Rafael Obligado sea un espacio público de cultura y encuentro. Pueden hacerlo completando el formulario en www.buenosaires.gob.ar/cultura/bibliotecas-publicas-de-la-ciudad. De este modo quedan asociados a toda la red de bibliotecas públicas.

En un sub-barrio llamado Nazca

Cuenta la historia que en la década de 1920, durante la presidencia de Irigoyen, se llevó adelante un plan de urbanización en la ciudad de Buenos Aires que planeaba construir 10 mil viviendas en tierras estatales.

Estas tierras estaban distribuidas en cinco zonas que en ese entonces se denominaron sub-barrios, aunque nunca llegaron a ser reconocidos oficialmente: Tellier-Liniers, Varela-Bonorino, Segurola, Emilio Mitre y el que nos interesa en esta nota, el sub barrio Nazca (delimitado por las calles Álvarez Jonte, Cuenca, J. A. García y Nazca) donde se edificaron 380 viviendas, todas con idéntica arquitectura.

El proyecto establecía que cada sub- barrio debía tener al menos un espacio verde, una biblioteca, una unidad sanitaria y escuelas de artes y oficios. De ahí el origen de la biblioteca Rafael Obligado, en el sub barrio Nazca, corazón de Villa Santa Rita. ♦


Biblioteca Pública Rafael Obligado
Dirección: Crainqueville 2233
Teléfono: 4581-8640
Horario: Lunes a Viernes de 10 a 17 hs.
Instagram vecinal en defensa de la biblioteca: @barrionazca

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