El saber popular dice que Villa del Parque, Devoto, Mitre y Santa Rita son barrios “verdes”, y sin embargo las estadísticas del Gobierno de la Ciudad indican que la Comuna 11 cuenta -tan solo- con 3,3 m2 de espacio verde por habitante, incluyendo canteros, plazoletas de cemento y “veredones verdes”. El dato expresa además que el número casi no ha variado en los últimos diez años.
El promedio de la ciudad de Buenos Aires es de cerca de 6 m2 de espacio verde por habitante, aunque eso incluye casos como el de la Comuna 1 (Puerto Madero, que con la Reserva Ecológica cuenta con cerca de 18 m2 por persona) o la 14 (Palermo, que con sus bosques suma 13), al lado del de la 3 (Balvanera y San Cristóbal, que tiene 0,4) y la 5 (Boedo y Amagro, con solo 0,2).
Los espacios verdes no cumplen solo una función estética, sino que son lugares de juego, reunión y deporte. Para muchos habitantes de Buenos Aires las plazas constituyen el único encuentro con la naturaleza, pero además producen oxígeno, filtran la polución, amortiguan ruidos y funcionan como superficie absorbente para disminuir riesgos de inundaciones.
¿Árboles o cemento?
El registro de espacios verdes de la comuna 11 exhibe un listado que incluye un parque, siete plazas, un jardín, 36 plazoletas, 24 canteros centrales y 12 “veredones verdes” que mayormente se ubican sobre Chivilcoy.
¿Qué puede observarse desmenuzando esa lista? Desde plazas emblemáticas, arboladas y bastante bien pensadas como la “Aristóbulo del Valle” de Cuenca y Marcos Sastre, o la “Sáenz Peña” (Pappo) en Juan B. Justo y Boyacá, o la “Arenales” de Devoto o el “Jardín” de Arregui y el pasaje De Vedia hasta plazoletas de puro cemento y ni un solo juego como la de Cuenca y Juan B. Justo. El “Deportivo Onega” de Mosconi y Bahía Blanca también forma parte del listado: un lugar que ofrece clases gratuitas de fútbol, tenis, volley y básquet de lunes a viernes -para chicos y adultos- más la posibilidad de usar las canchas los fines de semana, con inscripción previa el mismo día.
El dato que probablemente más salta a la vista tras una recorrida por estos puntos es el notable proceso de “cementización” de las plazas que van perdiendo superficie absorbente en favor del concreto. La plazoleta “Raffo Bonta” de Empedrado y Bolivia, por ejemplo, es puro cemento, mientras que el único espacio de juegos de Villa Santa Rita (que no tiene nombre y está en Álvarez Jonte y Lamarca) carece completamente de verde.
El desafío
¿Cómo encontrar más verde cuando manzana a manzana cada metro cuadrado parece estar construido? Una posibilidad es buscar en terrenos aledaños a las vías -como Ricardo Gutiérrez entre Santo Tomé y Empedrado, donde podría pensarse un parque lineal) y otra directamente expropiar (como prevé el proyecto que existe en la Comuna para convertir en plaza el terreno de Jonte 3222). También avanza en la Ciudad, aunque a paso lento, la idea de poner en práctica en algunos barrios las llamadas “supermanzanas”, que implican la unión de varias manzanas en una célula hacia cuyo interior las calles se cierran al tránsito.
“La información de las estadísticas de la Ciudad es confusa, pero tenemos un relevamiento que dice que en estos 12 años se perdieron 150 hectáreas de espacios verdes”, explica Jonatan Baldiviezo desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad, que hace años viene militando una Ley Marco de Espacios Verdes. Baldiviezo añade que para “arrancarle” más verde al Gobierno hay que transformar las calles de poco uso en espacios verdes, derogar las leyes que permiten construir en sitios como playones ferroviarios, además de “dejar de privatizar”. El abogado también destaca la necesidad de participación de los vecinos para decidir las modificaciones en las plazas que ya existen. ♦
Foto de portada: En Juan B. Justo y Cuenca, una plazoleta gris que de verde solo tiene un cantero en cada punta, forma parte del listado de “Espacios Verdes” de la Comuna 11.
