¿Será escuela o edificios?

¿Cuál será el destino del Instituto Manuel Rocca y qué consecuencias podría tener esto para el barrio? Un abogado porteño se calzó los anteojos, leyó documentos y leyes, entrevistó a arquitectos e historiadoras y escribió este artículo, especial para Vínculos Vecinales.

El alto paredón que envuelve la manzana de Segurola, Juan Agustín García, Sanabria y Elpidio González, hoy tatuado con murales y graffitis que referencian al club más amado del barrio, contiene en su interior las instalaciones de lo que alguna vez fue la escuela de varones Manuel Rocca. Así se llamaba quien en 1913 donó ese predio a la Sociedad de Beneficencia de Capital Federal. Su testamento decía que era para que funcionara ahí una institución educativa con régimen de externado para niños de 5 a 14 años, a los que se les brindaría educación hasta cuarto grado y tres comidas diarias.

Las idas y vueltas de un edificio

Leticia Maronese, socióloga y presidenta de la Junta de Estudios Culturales e Históricos de Monte Castro, cuenta los vaivenes que a lo largo del siglo XX y XXI  fueron transformando a esta institución. “La escuela empezó a funcionar en 1928 dirigida por esa misma sociedad de beneficencia a la que Rocca la donó, y así fue hasta el año 1946, cuando el gobierno de Juan Domingo Perón decidió intervenirla y, dos años después, pasarla a la órbita de la Dirección Nacional de Asistencia Social de la Secretaría de Trabajo y Previsión. En 1957, bajo el gobierno militar de Pedro Aramburu, dejó de ser una institución educativa y se transformó en el Instituto de Recuperación y Clasificación de Menores Manuel Rocca, dependiente del Consejo Nacional de Menores. Su nueva función era la de un hogar de tránsito para varones de 16 a 20 años que hubiesen cometido alguna transgresión. Era de tránsito porque estaban ahí hasta que el juez de turno decidiera su destino a otro internado o su egreso”. Uno de los muchachos internados en ese período, Enrique Medina, se convirtió con los años en escritor y en 1972 publicó una novela, Las Tumbas, en la que relata las tristezas del régimen cuasi carcelario en el pasó su juventud.

Con el fin de siglo en el horizonte fueron ganando terreno nuevas corrientes psicológicas y sociológicas que consideraban a los niños, niñas y adolescentes sujetos de derechos. “Estas ideas cobraron tanta fuerza que en el año 1996 lograron cambiar la legislación de la ciudad de Buenos Aires. Resultaba evidente que el modo de funcionar de los institutos correccionales como el Manuel Rocca ya no se correspondía con las nuevas normas jurídicas y los valores sociales de la época”, explica Maronese.

Pero fueron otros acontecimientos los que terminaron desencadenando el cierre definitivo de la institución. En 2015 se produjo un motín que tuvo como consecuencia un chico muerto, otro con graves quemaduras y dos intoxicados. De la investigación surgió que los colchones que había en las habitaciones no eran ignífugos, a pesar de que en el sótano había otros guardados que sí lo eran y no habían sido repartidos. También salieron a la luz los maltratos que sufrían los jóvenes y una nueva revuelta al año siguiente fue el detonante final para cerrar el instituto. Desde entonces el inmueble está vacío y en estado de abandono.

Qué será del Rocca

Respecto del destino del terreno existen en la Legislatura dos proyectos de ley contradictorios entre sí. Uno tramita en el expediente 692-J-2019 presentado por el poder ejecutivo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y el otro en el expediente 1017-2019 cuyas autoras son las legisladoras de Unidad Ciudadana Lorena Pokoik y Paula Penacca.

El proyecto del Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires. Propone desafectar el inmueble del dominio público, venderlo y destinar el dinero recibido por la venta a la construcción y equipamiento de un “Centro Modelo de Reeducación y Reinserción Socio Educativa” en el sur de Flores. Respecto del uso del terreno posterior a la venta, prevé que se destine a vivienda de densidad media –edificios de hasta cinco pisos de altura-, comercios y servicios. Establece la opción de que el edificio existente sobreviva. Dice que se podrá edificar hasta el 60% de la superficie de la manzana a ras del suelo, con subsuelos de estacionamiento. Prevé obras de “ralentización”, un término oscuro que ni siquiera los arquitectos entrevistados pudieron precisar. También se hace mención a que el adquirente podrá subdividir el terreno en parcelas. Con respecto al 40% no edificado, dice que “se destinará a espacio libre de acceso público”, y dentro de ese espacio el 20% se mantendrá como “superficie absorbente”, es decir, un piso que permita la absorción del agua.

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El proyecto de las legisladoras de Unidad Ciudadana. Propone destinar el inmueble a la instalación de un polo educativo, donde funcione una escuela infantil de nivel inicial, otra primaria y un colegio secundario, todos de gestión estatal. Agrega que los gastos que demande el cumplimiento de la ley serán imputados a las partidas presupuestarias correspondientes al Ministerio de Educación.

Los fundamentos del proyecto se basan en la falta de vacantes para más de 11.400 niños, niñas y jóvenes que no pudieron acceder a la escuela pública, datos que surgen del informe presentado por el Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires en el 2016. Aclaran que tal informe fue el último que se dio a conocer hasta hoy, y agregan que dichas cifras excluyen a las familias que no pudieron realizar la inscripción online. Las legisladoras invocan la necesidad de cumplir con los artículos 23 y 24 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que aseguran la igualdad de oportunidades para el acceso al sistema educativo y establecen la responsabilidad de la Ciudad de financiar la educación pública, estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los 45 días de vida hasta el nivel superior.

Convocados por el Foro por la Educación Pública de la Comuna 10, docentes y familias del barrio se reunieron en la vereda del ex Hogar Rocca para reclamar el Polo Educativo, el 24 de agosto de 2019.

Opinión de arquitectos

¿Qué ven los ojos de un arquitecto en el proyecto del Ejecutivo porteño? Gabriel Di Bella, profesional del rubro que además es vecino de Floresta y funcionario del GCBA, advirtió que en caso de ser sancionado este proyecto constituirá una reforma al Código Urbanístico, y que se corre el riesgo de que, luego de enajenado, el adquirente logre otra reforma, ley mediante, por la cual se permita la construcción de más pisos, en contra de las características del barrio que hoy se destaca por sus construcciones de baja altura.  Oscar Arias, también arquitecto, considera un error evaluar las ofertas de compra de acuerdo al “valor presente” del inmueble, lo cual establece el artículo 8° del proyecto de ley del Ejecutivo. Di Bella comparte esta consideración: ambos expresaron que también debe considerarse el valor potencial que se deduce de la cantidad de metros cuadrados a construir.

Los aspectos jurídicos

Quisimos confirmar si el gobierno de CABA es el dueño del inmueble y puede enajenarlo. Para eso gestionamos el informe de dominio ante el Registro de la Propiedad Inmueble de la Ciudad de Buenos Aires y corroboramos que efectivamente lo es.

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Sin embargo, Manuel Rocca había donado el terreno para que funcionara ahí una escuela. Si en lugar de eso el terreno se vende para construir viviendas, ¿podrían los herederos de Don Manuel reclamarle al Estado no haber cumplido con el legado? Podemos contestar esta pregunta gracias a un texto que aporta la arquitecta Rossana Castiglioni, vicepresidenta de la Junta de Estudios Culturales e Históricos de Monte Castro. Se trata de la cesión del terreno que a este respecto expresa: “Es mi voluntad y ordeno que si alguna de las personas a quién lego pretendiese otros derechos, pido y ordénole sea retirado el legado y que pasen los legados a mi sucesión legítima.” Castiglioni comenta que el escrito es una fotografía del existente en la dirección del Hospital Manuel Rocca. En términos jurídicos este documento se denomina “legado con cargo”. El cargo de este legado es que las tierras se utilicen con fines educativos. La legislación de nuestro país determina que una donación puede ser revocada por incumplimientos de los cargos, en los casos que estos hayan sido impuestos por el donante. Es por eso que si donde funcionó el Instituto Rocca se construyeran edificios destinados a vivienda y no a educación, los herederos del benefactor podrían demandar la revocación del legado, proceso que estaría sujeto a dimes y diretes que no permiten ser contundentes respecto del resultado del pleito.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires podría alegar en su defensa que el cargo va a cumplirse indirectamente, porque el producido de la venta se aplicaría a la construcción y equipamiento del “Centro Modelo de Reeducación y Reinserción Socio Educativa” previsto en el proyecto de ley. También podría argumentar que en su carácter de sucesor del legatario no actuó de mala fe, requisito necesario para que la demanda prospere.  Dar una opinión jurídica acerca del éxito o fracaso de esta eventual defensa excede el marco del presente artículo. El Gobierno de la Ciudad podría también resistir la devolución de lo legado, ofreciendo pagar una indemnización a los herederos.

Votación de la ley

El 5 de diciembre se celebró la última sesión de la Legislatura porteña en la que, entre los muchos proyectos tratados, se incluyó el presentado por el oficialismo relativo al destino del Instituto Rocca. La votación se hizo “sobre tablas”, esto significa sin pasar por las comisiones. Como el oficialismo cuenta hasta ahora con mayoría automática, su proyecto fue aprobado.

Hubiera sido recomendable que los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires antes de votar este proyecto pidieran a sus asesores jurídicos un acabado estudio acerca las consecuencias que podría tener la sanción de la ley, ya que una demanda exitosa por parte de los herederos de Rocca resultaría muy gravosa para el erario público. Se presume que estos viven porque en el legado Rocca dice ser padre de “ocho nombrados hijos legítimos” y “cuatro ya nombrados hijos naturales”, respecto de los cuales cabe la hipótesis de que también habrán tenido descendencia.

De todos modos, supimos por el comunero Fernando Moya que la aprobación del proyecto se realizó en primera lectura. Queda por delante una audiencia pública y luego la votación definitiva en el 2020. Para ese entonces la Legislatura tendrá una nueva composición, sin mayoría automática para el oficialismo. Por lo tanto el ex Hogar Rocca todavía puede ser escuela. ♦

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