¿Sumar policías o promover la inclusión?

Reflexión que surge de la nota «Si no es zona liberada es zona abandonada.» 

Por Mariana Lifschitz

Hace pocas semanas yo misma fui víctima de un robo. Frente al volante y esperando que cambie el semáforo estalló de repente el vidrio del lado del acompañante. Después sólo vi desaparecer mi mochila, tomada por un brazo que así como irrumpió, se dio a la fuga. Lo pensé en seguida: ojalá en ese momento hubiera habido un policía en la esquina. Porque no caben dudas de que ante el riesgo real, lo primero que queremos todos es más policía. El tema es que eso no arreglará el problema de fondo.

Hay una frase, extendida hace tiempo, que expresa con sencillez una verdad indiscutible: “Ningún pibe nace chorro”. Son circunstancias sociales las que llevan a algunas personas a convertirse en delincuentes, como ser niño y crecer con las necesidades básicas insatisfechas, o tal vez en un contexto hostil, o violento.

Es sabido que casi no existe el robo en los países más igualitarios: sus cárceles están semivacías. Y no por nada son esos los países que cuentan con un Estado fuerte y capaz de sostener políticas de bienestar. Lo vemos también en el nuestro: la delincuencia se incrementa cada vez que aumenta la pobreza, pero disminuye en los ciclos de crecimiento económico y cuando más gente accede a trabajos dignos. ¿Quién quiere vivir con miedo? ¿Quién quiere vivir en una sociedad fragmentada, con gente excluida? ¿A quién le gusta depender de la presencia cercana de personas armadas para sentirse seguro?

En una sociedad democrática la seguridad no tiene que ver solamente con que “no te roben”. Abarca en realidad un concepto más grande que es un derecho de todos y que incluye trabajo estable, vivienda digna, educación de calidad, atención médica eficiente y gratuita y la tranquilidad de poder disfrutar del tiempo libre. De ahí que no puede tratarse, simplemente, de “más policía”, sino más bien de subordinar esas fuerzas policiales a los procedimientos democráticos y de pensar también entre todos cómo construimos una sociedad al menos un poco más igualitaria. ♦

Te puede interesar  Agua de las piedras

 

Leer también: https://vinculosvecinales.com.ar/si-no-es-zona-liberada-es-zona-abandonada/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *