Es un sábado de frío –un frío que el viento hace más intenso en el invierno porteño que se inicia– y en la Plaza Ricchieri de Villa Devoto, hacia el lado de la avenida Beiró, el entusiasmo pone calor a lo que está ocurriendo. Aquí hay encuentros, palabras emocionadas, música y danza árabe a cargo de Patricia Erdella, Karina Magallan y la docente Paola Zagarzazu, que luego de compartir su arte explican que en la belleza de esos movimientos se esconde mucho sufrimiento, el de una cultura lejana pero con rasgos patriarcales que son conocidos, con otras formas, más allá de las geografías.
El encuentro tiene que ver con una celebración: la inauguración de un banco rojo que busca concientizar sobre la violencia de género. Y también con una tarea urgente: las estadísticas continúan en ascenso y muchas de las mujeres aquí presentes, que trabajan de diferentes formas para prevenir y actuar sobre estas violencias, saben que hay que pasar del espanto a la acción.
Muchas de las mujeres aquí presentes saben que hay que pasar del espanto a la acción.
“En memoria de todas las mujeres asesinadas por quienes decían amarlas”, dice el banco en letras blancas. Es uno de los cientos que ya hay en el país y el cuarto de la comuna 11: se suma al de la plaza Aristóbulo del Valle, el de la plaza Saenz Peña y el de la plaza Arenales.
“Para nosotras este tipo de acciones son vitales, y por eso la idea es multiplicarlas. Nos sumamos a esta campaña que visibiliza la lucha de las mujeres que sufren distintos tipos de violencia, pero que sobre todo invita a la reflexión, al debate, a repensar los vínculos. Se trata de empezar a cambiar el presente y también de crear un mundo mejor para las generaciones que vienen, que ya asumieron este tema como prioritario”, explican las mujeres que participan, directa o indirectamente, de esta y otras acciones desde el área de Derechos Humanos, Igualdad de Género y Diversidad de la Comuna 11.
Justo antes de la pandemia se creó esta área. “Algo que iba a ser bueno, terminó siendo indispensable para articular en este contexto”, dice Victoria Pugliese, trabajadora social y miembro de la junta comunal 11 por el Frente de Todos, la responsable del área dentro de la Junta.
“Pensada bien desde lo territorial”, según destacan todas las participantes entrevistadas, el área suma referentas de las distintas instituciones de la comuna: el Hospital Zubizarreta, el Centro Integral de la Mujer (CIM) “María Gallego”, el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSaC), y diversas organizaciones sociales y políticas vinculadas a temáticas de derechos, género y violencias.
“Pensada bien desde lo territorial” el área de género suma referentas de las distintas instituciones de la comuna 11: el Hospital Zubizarreta, el Centro Integral de la Mujer (CIM) “María Gallego”, el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSaC), y diversas organizaciones sociales y políticas vinculadas a temáticas de derechos, género y violencias.
Los conversatorios, las reuniones virtuales donde los temas se despliegan y las soluciones aparecen, a veces de maneras inesperadas e imaginativas, los nuevos lazos y vínculos, forman parte del “saldo positivo” que queda en el haber de esta pandemia. También los proyectos que se gestaron.
Trabajando «con los pies en el barrio»
Desde el Hospital Zubizarreta, la trabajadora social Clara Santander es parte de esta red de mujeres. En el hospital está a cargo de una consejería de Salud Sexual Reproductiva y No Reproductiva, y desde el Área Programática dicta talleres de salud sexual en escuelas secundarias de los distritos 16 y 17.
“Articulamos con las y los docentes referentes ESI de las escuelas, en un trabajo en clave de derechos. Es importante acompañar estos procesos, fortalecer la ESI y brindar todas las herramientas posibles”, reflexiona. Cuenta que ésta es una tarea “a demanda” de las y los directivos, que hay muchas escuelas en el distrito y es la única profesional a cargo de los talleres, que la tarea la gratifica y la convoca. Como delegada sindical de ATE dentro del hospital, también se enorgullece de logros como la construcción de un lactario que inaugurarán próximamente para uso de las trabajadoras del hospital.
Claudia Rizzo es promotora territorial de género y diversidad en la Comuna 11, desarrolla este trabajo desde la casa ciudadana Arturo Jauretche (un espacio de la organización política Los Irrompibles desde el que se brinda asistencia en violencia de género). Su tarea implica intervenir, en articulación con el CIM, en casos de violación. Hacer la primera asistencia, “la contención, la escucha sorora”.
Entre los proyectos que por estos días la entusiasman, junto al logro de este cuarto banco rojo de la comuna, está el del Arco Violeta: una campaña en la que serán los varones los que pedirán por las mujeres, y lo harán desde el fútbol. “Los varones en el fútbol decimos basta, vivas las queremos”, dice la campaña que se lanzará el próximo 4 de septiembre en la sede de Racing de Villa del Parque, y que se buscará replicar en otras comunas.
Beatriz Flejsz se especializa en consumos problemáticos con perspectiva de género, “algo de lo que se habla bastante poco, un tema donde queda mucho por trabajar”, advierte. “Las desigualdades impactan también en las posibilidades de las mujeres para llegar al tratamiento. Las tareas de cuidado las tienen a veces atrapadas en sus hogares. Donde hay una pareja adicta a veces el varón es el que va a tratamiento y la mujer queda relegada. La intervención que hacemos tiene que ver en parte con facilitar el acceso de la mujer a un tratamiento”, describe.
El Consejo Consultivo -órgano que prevé la ley de comunas para la participación ciudadana-, tiene en la Comuna 11 una Comisión de Derechos Humanos, Género y Diversidades. Beatriz Flejz y Claudia Rizzo son parte de esta comisión junto a una veintena de vecinos y vecinas. “En el Consejo Consultivo se trabaja con mucho respeto de las diferencias que puede haber entre les vecines. Hay algunes que componen el colectivo LGTBQ+ que están participando”, relata Beatriz. Cuenta que, para la última reunión de esta comisión, invitaron a la coordinadora del CIM “María Gallego”, Marcela Pérez, para que les de un panorama actual del Centro, que durante la pandemia estuvo funcionando de manera virtual, y planea volver a atender en los próximos días en su edificio -refaccionado recientemente por el gobierno de la ciudad, luego de una gran insistencia por parte de la Junta Comunal 11.
El CIM “María Gallego”, que durante la pandemia estuvo funcionando de manera virtual, planea volver a atender en los próximos días en su edificio -refaccionado recientemente por el gobierno de la ciudad, luego de una gran insistencia por parte de la Junta Comunal 11.
La conclusión de esa reunión fue que el CIM puede ofrecer contención y asesoramiento, pero si una mujer necesita irse de su casa para alejarse del violento, el GCBA no tiene nada parecido a un subsidio, ni un lugar para ofrecer. “Es algo que nos preocupa mucho en una ciudad tan rica, y lo conversamos permanentemente”, comenta Beatriz.
Además del trabajo de diferentes profesionales (trabajadoras sociales, psicólogas, abogadas), el CIM despliega toda una red de apoyo a través de instituciones de la zona. Es ahí donde estas mujeres y su base territorial aparecen tejiendo la tarea. ♦
CIM María Gallego: Francisco Beiró 5229 / 4568-1245 / cim_mgallego@buenosaires.gobar
Casa ciudadana Arturo Jauretche: Joaquín V. González 2470 / Celular: 11 2358 0971
Consejo Consultivo Comuna 11: participacioncomunal11@gmail.com