La igualdad de género, desde el barrio

El Centro Integral de la Mujer María Gallego despliega desde Villa Devoto una intensa labor territorial que incluye atención de casos de violencia doméstica y capacitaciones en escuelas y en la Comuna.

El Centro Integral de la Mujer María Gallego despliega desde Villa Devoto una intensa labor territorial que incluye atención de casos de violencia doméstica y capacitaciones en escuelas y en la Comuna.

La igualdad de género, desde el barrio

El Centro Integral de la Mujer María Gallego despliega desde Villa Devoto una intensa labor territorial que incluye atención de casos de violencia doméstica y capacitaciones en escuelas y en la Comuna.

Desde hace 23 años y cuando la Comuna 11 ni siquiera existía funciona en Villa Devoto el Centro Integral de la Mujer (CIM) “María Gallego”, cuyo nombre homenajea a la primera partera del barrio y cuya tarea pasa por asesorar a las mujeres sobre sus derechos, acercándoles además las herramientas para que puedan hacer frente a diferentes situaciones de violencia doméstica.

La atención que brinda es gratuita, y el abordaje integral: ahí mismo trabaja un equipo de diez psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales y sociólogas que junto a una coordinadora ofrecen asistencia psicológica, social, orientación y en los casos que sea necesario, también patrocinio jurídico.

Quince CIM funcionan en total en la ciudad – debe haber como mínimo uno por comuna-, y todos dependen de la Dirección General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Muchos de ellos están conveniados con ONGs y otras instituciones privadas, más no el María Gallego: el CIM de Devoto es completamente gubernamental y brinda alrededor de 450 prestaciones por mes y 5.400 al año.

Dentro del centro se trabaja en torno a tres programas que abordan las violencias hacia las mujeres en sus distintos aspectos: está el de violencia doméstica (ya sea de personas convivientes o no convivientes), el programa “Lazos” (que se ocupa de la violencia de hijos hacia sus madres) y el de noviazgos sin violencia (centrado en jóvenes no convivientes de 14 a 21 años, en el que se trabaja con la pareja y con sus referentes adultos, para orientarlos acerca de cómo acompañar el proceso).

 

La asistencia arranca siempre con una consulta, y luego se pauta una entrevista en la que interviene tanto una psicóloga como una trabajadora social y una abogada y donde se acuerda el acompañamiento que cada mujer necesite, desde terapia individual hasta redes de apoyo mutuo y patrocinio jurídico.

Pero el trabajo del María Gallego no se agota ahí, porque además articulan con diferentes instituciones de los barrios -principalmente escuelas-, lo que hace que todo el equipo se encuentre súper involucrado en la realidad territorial, de hecho el CIM participa activamente de la Red de la Comuna 11.

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Sus profesionales capacitaron a la Junta Comunal y tienen planeado hacerlo con todo el personal de la Comuna, en el marco de la “Ley Micaela” (que obliga a todas las personas que trabajan en el Estado a recibir una formación en temas de género). En el ámbito educativo, brindaron recursos para trabajar la Educación Sexual Integral, más conocida como “ESI”, a las maestras jardineras del Distrito 17.

Un edificio en problemas 

Victoria Pugliese es comunera por el Frente de Todos, su mandato arrancó el último 10 de diciembre pasado y entonces decidió tomar, entre otras, la flamante área de “Igualdad de género, derechos humanos y diversidad”. Como parte de la inmersión que el tema reclamaba tomó contacto con el María Gallego, y también con el delicado momento que el centro vive en la actualidad.

“El edificio en el que funciona el CIM, que es propiedad del Gobierno de la Ciudad, es una construcción muy antigua y está en un estado de deterioro grave. La instalación eléctrica es precaria, de hecho hay cortes reiterados y hasta explotaron tubos de luz, lo que obligó a suspender el servicio, ya que había peligro tanto para las trabajadoras como para las personas que asisten al centro. Hay además filtraciones de agua, el mobiliario no alcanza y los baños necesitan refaccionarse por completo.

Ni siquiera la sala de espera reúne las condiciones para que las mujeres, que en muchos casos tienen que juntar las fuerzas para animarse a asistir a su primera consulta, se encuentren en un lugar que les genere confianza”, cuenta Pugliese y resalta que incluso en ese contexto precario el equipo del CIM sigue atendiendo a las mujeres que se acercan a su sede, a la par que mantiene el trabajo articulado con la comunidad. “Por eso resulta fundamental que la solución que se presente desde el Gobierno no discontinúe esta territorialidad”, explica aludiendo a la idea inicial de trasladar provisoriamente el María Gallegos al CIM de Lugano, que por el momento estaría descartada.

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Después de una gestión que motorizó Pugliese y acompañó el presidente comunal Agustín Suárez, personal de infraestructura de la Ciudad se acercó a constatar las condiciones edilicias en las que hoy despliega sus funciones el CIM de Devoto, en tanto se evalúa si se refacciona el edificio actual o se adquiere uno nuevo en el barrio.

“El estado del edificio demuestra también el lugar que el Gobierno les está otorgando a los temas de género”, reflexiona la comunera que es trabajadora social y en 2004 comenzó a desempeñarse en el Ministerio de Desarrollo Social de la nación. “Si hay en nuestro país un femicidio cada 26 horas, si tenemos a toda una sociedad discutiendo cuestiones de género, entonces el Estado tiene en todos sus niveles la responsabilidad de dar respuestas concretas a través de un tejido institucional que esté a la altura de la meta de construir una sociedad más justa”.

Victoria Pugliese, comunera por el Frente de Todos. Encargada del área de «Igualdad de género, derechos humanos y diversidad».

 

¿Es posible pensar un feminismo barrial?

La idea de Victoria Pugliese de trabajar el tema género a nivel comunal tiene que ver más que nada con articular: con el CIM en principio, pero también con el Cesac 34, con el hospital Zubizarreta, con los clubes y con la Casa del Futuro. “Me parece clave que podamos construir una agenda común con las organizaciones del barrio y no solamente desde la perspectiva de la violencia, sino desde la construcción de la igualdad y también de las diversidades”, dice.

En cuanto al María Gallego explica que, si bien existe en la Comuna una “delegada de la mujer” que depende del Gobierno de la Ciudad y trabaja con el centro -en el caso de la Comuna 11 es Adriana Rinaldi- “sería positivo pensar en todo un equipo que sea capaz de acompañar al CIM para que pueda ampliar sus capacitaciones a los clubes y otras organizaciones de estos barrios”. ♦

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