Un movimiento vecinal para cuidar el patrimonio

En Devoto cientos de vecinos se movilizaron hasta una casa histórica hoy abandonada, la propiedad en la que vivió Francisco Beiró. Luego de un incendio y ante el riesgo de que sea demolida, piden que la Legislatura apruebe una ley que la transforme en museo y centro cultural.

Es cosa poco habitual, hoy por hoy, que en una tarde calurosa de verano cientos de personas se movilicen hasta una calle de barrio para defender una casa de su destrucción. Eso pasó el sábado 11 de enero, cuando desde las cuentas de Instagram @revistadevoto y @buenosairesperdida convocaron a defender la casa de Francisco Beiró.

“Nos juntamos diferentes generaciones, vinieron personas mayores que la habían conocido en su esplendor, nosotros que ya la conocimos deshabitada y vinieron chicos también que la miraban asombrados, atraídos por la mística que tiene”, cuenta Yamila Rambaldi, la devotense que lleva adelante @buenosairesperdida.

“Estuvo buenísimo porque nos quedamos dos o tres horas hablando entre vecinos que no nos conocíamos. Habitualmente nos leen en las redes y que las redes lleven a lo que pasó en esa esquina, donde hablamos del barrio, de las problemáticas que hay en la comuna… se nota que hay una necesidad de esto que es la reunión vecinal”, reflexiona Yamila.

Yamila Rambaldi y al lado suyo el bisnieto de Francisco Beiró (de igual nombre) en la movilización vecinal del 11 de enero.

¿Por qué conservar una casa que fue concebida por personas que ya no están para un tipo de vida que ya no existe? “Muchos consideramos que la idea de progreso no incluye solamente demolición y construcción. La conservación también es uno de sus pilares”, dice Diego Cabales, el responsable de @revistadevoto. Diego trae como ejemplo el cuidado que dan al patrimonio en el primer mundo. París, Berlín, Londres, Nueva York, lugares donde la “marca ciudad” está apoyada en la identidad de sus edificios antiguos.

La casa de Francisco Beiró fue catalogada por el Estado, hace años, como un edificio con valor histórico que debe ser protegido. Eso implica que no puede ser demolida mientras su estructura esté sólida. Y sus dueños deben cuidar que no se deteriore.

El fuego, la inmobiliaria y la Legislatura

Durante la madrugada del 5 de enero el olor a humo alertó a los vecinos de las casas linderas. El fuego, que se había originado en una de las habitaciones, salía por la ventana. Dicen que lo que había ahí no era más que papeles, maderas y un colchón, trastos viejos olvidados en un rincón. Los bomberos vinieron con dos autobombas y lograron apagar las llamas antes de que pongan en riesgo el resto de la casa. Según informaron los peritos, la estructura no fue afectada.

¿A qué se debió ese incendio? Quizás haya sido un accidente, pero muchos sospecharon de sus actuales propietarios, los titulares de la inmobiliaria Jakim, que compraron la propiedad por el potencial constructivo de esa esquina. Para demolerla necesitan que pierda su protección patrimonial, cosa que sucedería si sigue deteriorándose.

Esquina de la casa de Francisco Beiró, en Marcos Paz y Cantilo.

Rápidamente, los vecinos que hace años vienen reclamando a la Legislatura una ley que permita recuperar la casa reaccionaron. La Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto, Conciencia Urbana Comuna 11, Basta de Demoler Buenos Aires y cantidad de personas sueltas respondieron a la convocatoria y apenas seis días después del incendio confluyeron en la movilización frente a la casa, en Marcos Paz y Cantilo. También la Junta Comunal 11 se reunió en sesión extraordinaria para testimoniar su apoyo a la causa.

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“Me quedo con algo que dijo Paco Cabales en el encuentro vecinal. Él labura en la legislatura y dijo que el patrimonio atraviesa a todos los partidos políticos y no hay razón por la cual no deberían unirse y aprobar la ley”, sostiene Yamila.

Paco vive en Devoto y trabaja como asesor del legislador Alejandro Grillo, del bloque de Unión por la Patria. El año pasado este diputado presentó un proyecto para expropiar la casa (expropiar significa que el Estado se la compre a sus actuales dueños) y transformarla en un museo y centro cultural. Dos días después de la movilización vecinal, el 13 de enero, otro legislador, el radical Francisco Loupías, del bloque Evolución, hizo lo propio: presentó una iniciativa similar que lleva la firma de diecisiete legisladores de todo el arco político, tanto oficialistas como opositores.

En los últimos veinte años nueve proyectos de recuperación de la Casa de Francisco Beiró ingresaron a la Legislatura porteña y perdieron su estado parlamentario sin haber sido tratados. Esta vez, la variedad y contundencia del apoyo alimenta la esperanza de que prospere. De todos modos, para aprobarse necesita dos tercios de los votos: cuarenta de sesenta.

Cómo financiar la compra del inmueble

Según cálculos estimativos no oficiales, comprar la propiedad y consolidar su estructura saldría alrededor de un millón de dólares. A continuación vendría el trabajo de restauración y puesta en valor.

“Lo que se necesita es voluntad política”, dice Yamila, y recuerda una herramienta legal, el FEREC: “Es el Fondo de Estímulo para la Recuperación de Edificios Catalogados, una norma vigente en el Código de Planeamiento Urbano desde el año 2000. El FEREC dispone que el 15 % de los ¨derechos de delineación y construcción¨ que pagan a la AGIP las constructoras por cada obra nueva sea destinado a la recuperación de edificios catalogados. La norma nunca se implementó. Cuando haces un 104 [un formulario de pedido de información pública] y preguntás por qué te dicen que habría que hacer cálculos de cuánto sería y no sé qué más. Lo cierto es que no tienen la voluntad de hacerlo. Imaginate la cantidad de plata que se habría podido destinar a recuperar edificios con todas las construcciones nuevas que están haciendo”, razona la vecina.

Pasado y presente

Cuenta la Junta de Estudios Históricos de Devoto que Francisco Beiró fue quien popularizó la boina blanca como símbolo de la UCR proponiendo a todos los radicales que vayan a un acto público con ese distintivo para ser fácilmente reconocidos. Cuentan también que se recibió de abogado en el año 1901 y entre otros cargos públicos fue diputado nacional en el período 1918-1922, que en el barrio impulsó el empedrado de calles y el alumbrado público y que participó en la creación del club Estudiantes de Buenos Aires que en esa época se llamaba Sportivo Devoto. Dicen que su casa era un lugar habitual de reunión de dirigentes, que Irigoyen solía venir a visitar a su amigo y compañero de fórmula: Francisco había sido elegido vicepresidente y debería haber asumido en 1928 pero murió unos meses antes, con 51 años.

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Luego de su muerte, los herederos se encargaron de la casa hasta el año 2008, cuando la inmobiliaria Jakim la compró. Desde entonces y hasta hace unos días nadie se ocupó de cuidarla. Pero últimamente algo cambió. Tal vez haya sido una reacción de sus propietarios a la movilización: el 29 de enero se pudo ver que en una reja habían pegado un “Certificado de desinsectación, desinfección y desratización” emitido por una empresa de fumigaciones a cuenta del cliente “Eduardo y Diana Jakim”. Además habían levantado un alambrado que estaba caído y la casa estaba más limpia y arreglada. Un policía apostado en la puerta le confirmó a un vecino que “los Jakim habían mandado a mantenerla un poco”.

Mientras tanto, los vecinos que defienden la recuperación de la casa están planeando las próximas acciones.

Por un lado van a organizar “actividades más lúdicas” como proyecciones, conciertos, “un poco para contrarrestar este clima de época en el que la gente está tan unos contra otros. Acá en el barrio nuestra idea es no fomentar ese clima de confrontación”, dice Diego Cabales.

Una nochecita compartida en la plaza Arenales con proyección de cortometrajes.

El jueves 30 de enero comenzaron proyectando una serie de cortos en la Plaza Arenales producidos por estudiantes de la FADU. Entre ellos hubo documentales, ciencia ficción y experimentales. Su intención es seguir organizando una vez por mes jornadas así “porque es lindo encontrarte con tu vecino y compartir algo dentro de un espacio público. Buscamos proponer cosas en las que la gente pueda participar”, invitan.

Por otro lado, continuarán juntando firmas para ganar más apoyo al proyecto de ley de recuperación de la Casa de Francisco Beiró.

Durante las próximas semanas seguirán juntando firmas para pedir a los legisladores que traten el proyecto de recuperación de la Casa de Francisco Beiró.

“Aunque sabemos que las firmas no tienen valor legal sí tienen un valor simbólico que ayuda al proyecto”, dice Yamila. Además, la vecina encuentra en esta acción una vía para el diálogo: “La otra vez nos pusimos con una mesita a juntar firmas y los vecinos la verdad que se acercaban y nos preguntaban, hay un montón que no están al tanto ni de la historia de la casa ni de por qué está en ese estado ni cómo llega un proyecto de ley a la Legislatura y cómo podemos hacer para que los legisladores nos presten atención y colaboren con el reclamo. Estamos haciendo una tarea de informar, somos vecinos que informan a vecinos”.


Contactos de Instagram:
@salvemoslacasabeiro
@buenosairesperdida
@revistadevoto

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