El ojo en el Credicoop

El boicot al banco impulsado por ruralistas hace algunas semanas, invita a poner la lupa sobre ese “bicho raro” que es el Credicoop, dentro de las entidades financieras.

¿Cuál es el objetivo que persigue un banco? ¿Ese objetivo se modifica si se trata de un banco cooperativo? Naturalizado como una de las grandes firmas en plaza, el Banco Credicoop es el más importante de este tipo en Latinoamérica. Como entidad financiera, despliega las clásicas funciones de “entidad de crédito” y “entidad de depósito”. Pero en su caso, partiendo de los principios del cooperativismo, despliega además una particular inserción social, apoyando una cantidad de emprendimientos sociales y comunitarios en el barrio.

Durante el último mes de noviembre, por ejemplo, la filial Villa Devoto “tendió una mano cooperativa” a instituciones como el Club Social y Deportivo Mitre, el Club Lamadrid, Voluntarios del Alma (una organización que asiste a personas en situación de vulnerabilidad), el comedor La Bonavena de Parque Patricios y el centro cultural comunitario BioDevoto.

“La sucursal ganó un premio institucional, y la decisión fue distribuirlo –no en efectivo, sino en donaciones materiales—entre estas entidades”, cuenta a Vínculos Vecinales Ulises Camino, vicepresidente de la comisión de asociados de la filial. “Seguimos el principio del cooperativismo, que es la preocupación por la comunidad, eso es lo que guía al banco”, define Camino, que como arqueólogo es, además, cooperativista de Arqueocoop.

María Ester Rizzi puede contar, como asociada del banco e integrante de una empresa familiar, lo que ocurrió en cincuenta años de historia. Es que su empresa, EDI fumigaciones, está asociada desde los tiempos de la cooperativa La Confianza, y pasó luego a asociarse al banco, cuando fue creado en 1979, como respuesta al intento del gobierno militar de eliminar las cajas de crédito. Su trabajo, como el de los más de 3.500 integrantes de comisiones en todo el país, es ad honorem, y actualmente preside la de la sucursal 027, Villa Devoto.

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“Siempre digo que el Credicoop y el cooperativismo son un sentimiento. No todo es color de rosas, a veces discutimos por un crédito no otorgado, o terminamos dando la razón de que el otorgamiento es inviable cuando un asociado viene a exponer su problema. Pero hay un trato humano de por medio. Si el banco tiene que decir no, explica por qué, ofrece otras opciones. Como en toda gran familia”, define la relación como asociada.

Tendiendo Vínculos Vecinales

Una reunión propiciada por el banco y Vínculos Vecinales, a fines del año pasado, tendió justamente eso: un puente vincular con vecinos y vecinas que forman parte de distintas asociaciones sociales, clubes, escuelas, fábricas recuperadas de las comunas 10 y 11. Y aunque la pandemia puso en suspenso —como tantas otras cosas— proyectos comunes en el corto plazo, el encuentro propició nuevos y fructíferos encuentros barriales. Uno de los colectivos que participó entonces fue Acción PSC, un colectivo de vecinos dedicado a atender a otros vecinos en situación de calle, que quedó desde entonces vinculada al Credicoop.

“Desde el banco hicieron una colecta importante de comida y ropa. Hay más ideas a futuro, un poco se cortaron por ‘el maldito covid’, pero quedó tendido un vínculo importante”, cuenta Lucio Mascardi, referente de Acción PSC. Y describe la tarea: “Nuestra acción concreta y directa es llevar viandas a los compañeros en calle, también ropa o elementos de higiene, cubrir sus necesidades más básicas y urgentes”, cuenta. “Pero la agrupación nunca quiso desarrollar solamente una acción asistencialista. La idea profunda es que la gente deje de tener que vivir en la calle, no que siga comiendo en la calle”, sintetiza la apuesta. Llevan un censo de 165 personas en situación de calle a las que asisten dos veces por semana en recorridas con 6 autos, “desde General Paz, por Juan B. Justo, hasta Chacarita, y desde Beiró hasta Directorio”, mapea, a grandes rasgos.

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La campaña de desprestigio que terminó prestigiando

Unos meses atrás, el pronunciamiento público de Carlos Heller, presidente del Credicoop, a favor de la sanción del impuesto a las grandes fortunas, derivó en un ataque planificado: una gran campaña en contra del banco, que llamaba a cerrar las cuentas, motorizada sobre todo en las redes sociales.

“La postura de Heller es coherentes con la que sostiene el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, del cual es socio el banco desde su fundación. Siempre se postuló que haya un impuesto distributivo positivo, que los que más tienen, paguen más. Siguiendo esa línea, Heller se puso al hombro este tema, y como reacción sufrimos una campaña durísima”, repasa Camino.

“La verdad, nos terminó fortaleciendo. Porque todo el arco cooperativo nos apoyó más allá de las ideologías de cada uno. Fue un orgullo como cooperativistas”, asegura. “Fue todo una fake news, porque al final, nadie cerró ninguna cuenta. Y además esos grandes grupos no tienen cuenta en el banco”, reflexiona Rizzi. “Lo vivimos como una movilización al estilo de las que protagonizamos en 2001. Demostramos que seguimos estando muy unidos. Y que tenemos orgullo cooperativo”.

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