Ezequiel era un chico que todas las tardes al salir de la escuela, agarraba la caña de pescar y montado en su bicicleta iba hasta el río. Su perro corría al lado, juntos bajaban la barranca y alejándose de las casas, se perdían entre los árboles.
Eran los años 80 y vivía con su familia en San Isidro. “El contacto con la naturaleza siempre fue muy fuerte para mí y todavía hoy lo busco. Los animales, las plantas, el aire libre, el río, creo que todos necesitamos tener algo de eso en algún momento del día: parar el estrés de la ciudad”, reflexiona ahora el dueño de True Love, con sus 39 años, y agrega: “la propuesta de esta peluquería tiene que ver con esa esencia: yo intento que cuando la gente viene a cortar el pelo o a bañar a su perro, encuentre un lugar donde distenderse, donde pueda compartir con su mascota, un lugar donde el tiempo se frene.”
¿Cómo llegaste a Villa del Parque desde San Isidro?
Tenía quince años, éramos seis hermanos y la casa había quedado chica. Entonces yo que soy el mayor de los seis, me mudé a lo de mi tía, que vivía con su familia en este barrio. Mi tía y mi tío, que son profesionales, querían que yo siga estudiando y me exigieron que termine la secundaria.
Entonces durante los años que me faltaban de colegio, seguí yendo a San Isidro, viajaba en el 80 hasta Barrancas de Belgrado y ahí tomaba el tren. Cuando terminé el secundario empecé el CBC para Veterinaria, era lo que caía de maduro porque siempre me habían gustado los animales. Pero con el tiempo me di cuenta que ese interés no necesariamente tenía que volcarse en una carrera universitaria.
En medio de la crisis económica del 2001 Ezequiel se lanzó a trabajar como paseador de perros. Con 19 años compartía con un amigo el alquiler de un departamento en Lascano y Emilio Lamarca, necesitaba pagar las cuentas, por eso aunque poca gente contara con un dinero extra para contratar sus servicios, tenía que insistir, seguir peleándola.
“Paseando perros conocí a Facu, que yo siempre digo que es el hermano que me dio la vida. Los dos llevábamos los perros que cuidábamos a la plaza que está frente a la cancha de All Boys. En esos encuentros con Facu surgió la idea del negocio.” Los dos amigos se preguntaban cómo vivir de lo que les gustaba. Tal vez pasear perros estuviera bien para los primero años, pero ¿qué otra cosa podían hacer si querían crecer? “Un día muy frío estábamos sentados debajo de un árbol, uno al lado del otro para darnos calor, y empezamos a imaginar la peluquería, ninguno de los dos tenía la más pálida idea de cómo hacerlo ni sabíamos con lo que nos íbamos a enfrentar.” -recuerda Ezequiel.
Amor verdadero
¿Por que eligieron el nombre True Love?
El nombre fue lo primero que decidimos. Lo tomamos del nombre de un tema de una banda de reggie que se llama S.O.J.A.. Nos pusimos a desglosar su significado, ambos sentíamos en ese momento que el único amor genuino es el de las mascotas, porque en ellas no hay especulación, no hay maldad. Creo en el amor entre las personas pero así de puro es difícil. Después cuando fui papá comprendí que también el amor de los chicos es así.
En el 2010 Ezequiel abrió junto a su amigo Facundo el primer local de True Love en Nogoyá y Bahía Blanca. Allí estuvieron durante cinco años, aprendiendo juntos el oficio y transformando el lugar en aquello que habían soñado una tarde en la plaza.
Pero el boom inmobiliario de la zona un día les cambió la jugada: la dueña del local quiso venderlo. Fue un momento de desazón que los obligó a cambiar de rumbo. “Yo estaba enojado con la vida. Pensaba que no era justo que luego de tanto esfuerzo me devolviera esa moneda. Pero después entendí que las cosas se dan por algo.
Me concentré en la búsqueda de un nuevo local, encontré esta esquina hermosa de Jonte y el pasaje Enrique de Vedia, y hoy estoy agradecido de lo que crecí en los últimos tres años” –concluye Ezequiel.
¿Qué cosas te importa cuidar en tu negocio?
A mí me gusta estar siempre a la vanguardia, tanto con los productos de cosmética como con las herramientas, las tijeras o las turbinas. El local está vidriado para que todo lo que hacemos sea visible. Eso genera que muchas veces se paren chicos en la vereda a mirar cómo bañamos o cortamos el pelo a los perros. Y a mí me gusta que los chicos puedan ver que hay trabajos alternativos que no son las profesiones más conocidas pero sí son oficios que requieren una preparación. Y yo les digo que se puede vivir cortándole el pelo a los perros y ser feliz.
¿Y al barrio cómo lo ves?
La verdad no le tenía mucha fe a esta parte del barrio. Yo soy más del centro de Villa del Parque, siempre me moví por la zona de Cuenca y Nogoyá. Con el correr de los años el lugar en donde yo me crié con mi tía cambió muchísimo: no hay donde estacionar y la luz se corta cada dos por tres porque construyeron muchísimos edificios. Antes te conocías con todo el mundo, ahora hay mucha gente que no conocés. En cambio esta zona siento que sigue todavía manteniendo ese perfil bajo de barrio. Y me sorprendió la gente, me encantó su gentileza, valoran mucho el trabajo de uno, son agradecidos.
¿Cuál es tu sueño?
Lo que sueño es seguir disfrutando de venir a trabajar. Después, el resto de las cosas van a ir surgiendo. ♦
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TRUE LOVE: Av. Alvarez Jonte 3459, esq, Enrique de Vedia. Teléfono: 4567-5621