Leyes que sí, leyes que no

Qué presencia tuvieron en las sesiones legislativas de Caba los proyectos surgidos de las comunas 10 y 11. Cuáles fueron aprobados y cuáles corren riesgo de perder “estado parlamentario” sin haber sido tratados. Un repaso exhaustivo por las iniciativas presentadas durante los años 2022/23.

Qué presencia tuvieron en las sesiones legislativas de Caba los proyectos surgidos de las comunas 10 y 11. Cuáles fueron aprobados y cuáles corren riesgo de perder “estado parlamentario” sin haber sido tratados. Un repaso exhaustivo por las iniciativas presentadas durante los años 2022/23.

Leyes que sí, leyes que no

Qué presencia tuvieron en las sesiones legislativas de Caba los proyectos surgidos de las comunas 10 y 11. Cuáles fueron aprobados y cuáles corren riesgo de perder “estado parlamentario” sin haber sido tratados. Un repaso exhaustivo por las iniciativas presentadas durante los años 2022/23.

A pocas semanas de la finalización del mandato de la mitad de los legisladores porteños, vecinos de las Comuna 10 y 11 que acompañaron proyectos barriales en el Parlamento capitalino cuentan qué pasó con esas iniciativas.

Un repaso por las propuestas que llegaron a la Legislatura en el período 2022-2023 desde estas comunas, arroja el resultado de cinco expedientes que lograron la aprobación de parte de los diputados, y otros cinco que no fueron discutidos en ninguna de las instancias parlamentarias.

Las iniciativas vecinales ingresan al Poder Legislativo por distintas vías: a partir de una presentación particular de un ciudadano o ciudadana porteña o de una organización colectiva; desde las Juntas Comunales, que son las que reciben las demandas de manera directa; otra vía es el padrinazgo de alguno de los 60 diputados/as que componen la cámara; también el ejecutivo porteño puede elaborar un proyecto de ley y enviarlo a la Legislatura para su aprobación. Así paso con el primero de los casos que se cuentan a continuación.

Una plaza para Villa Santa Rita

Un proyecto que llevaba la firma de Horacio Rodríguez Larreta y Felipe Miguel se convirtió en ley en marzo de este año, aprobado por unanimidad: en él se promovía la expropiación de un lote en Villa Santa Rita, en Álvarez Jonte 3224, para crear allí la primera plaza en el único barrio de la Ciudad de Buenos Aires que no cuenta con un solo espacio verde.

Vecinos santarritenses celebraron frente al baldío de Jonte 3224 el día que la Legislatura votó su expropiación.

Fueron los vecinos organizados en el colectivo “Una plaza para Villa Santa Rita” quienes habían levantado la voz, retomando un reclamo que llevaba décadas. Ellos mismos habían escrito y presentado un proyecto de ley en julio del 2022, que planteaba sumar al menos cuatro espacios verdes en cuatro lotes baldíos identificados en distintas manzanas del barrio. Si bien su iniciativa no fue tratada por los legisladores, parte de su reclamo fue satisfecho con la aprobación parlamentaria del proyecto presentado por el Ejecutivo porteño.

“Queremos que la plaza sea una realidad”, afirmó Guillermina Bruschi, integrante del grupo vecinal. Y adelantó que la intención es “seguir trabajando para que se expropien también los otros tres lotes y podamos tener más lugares de esparcimiento y ejercer nuestro derecho a un ambiente sano”. La vecina destacó que entre los cuatro no llegan a cubrir la superficie de media manzana, por eso la importancia de seguir sumando más espacios verdes. (+ info en @unaplazaparavillasantarita)

Miranda no se ensanchará

El mismo día que se aprobó la expropiación del lote de Jonte, los legisladores votaron una propuesta presentada por el juntista de la Comuna 10 Ubaldo “Cacho” Mascali al actual legislador Roy Cortina (ambos socialistas dentro de la alianza de Juntos por el Cambio), para dejar sin validez una ordenanza de 1989 que disponía el ensanche de un tramo de la calle Miranda, entre Juan B. Justo y Concordia, con la intención de convertirla en un avenida que favorezca la conexión del oeste porteño.

La obra, sin embargo, nunca se realizó, pero quedó vigente la norma y -con ella- la preocupación constante de los residentes de Miranda que padecían las consecuencias de vivir en una calle que, permanentemente, estaba bajo la posibilidad de que algún funcionario reactivara la idea del ensanchamiento.

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Con esta amenaza latente, los vecinos tuvieron perjuicios económicos ya que sus propiedades tenían un costo menor a las del resto del barrio. Además, según expresaron en la audiencia pública que se realizó en la Legislatura, convivían con la incertidumbre de no poder regularizar reformas realizadas en sus propiedades ante el temor de cometer una contravención. “Felizmente, el proyecto fue aprobado y se terminó con más de 30 años de estar viviendo con angustia”, dijo el juntista.

Un homenaje y dos nombres

En mayo, la Legislatura aprobó la colocación de una placa en el edificio del “Poli Pomar” en homenaje a Enrique Lifschitz, con el siguiente texto: “Por su activa participación barrial en Floresta. Promotor, fundador del polideportivo Gregorio Pomar y gestor del mismo a través de la Cooperadora del Poli”. Enrique fue además el editor de Vínculos Vecinales por más de treinta años. El comunero Fernando Moya y el diputado Claudio Morresi (ambos del Frente de Todos) presentaron en la Legislatura la iniciativa de la placa.

También en mayo los legisladores dieron su aval para que la nueva plazoleta ubicada en la intersección de Álvarez Jonte y Elpidio González lleve el nombre “María Josefa Ramos de Garmendia”, en honor a quien fuera una de las primeras propietarias de tierras en la actual Villa Santa Rita. La denominación fue elegida por mayoría en una votación convocada por la Junta Comunal 11 en la que participaron vecinos que viven en las proximidades de la plazoleta. Los otros dos nombres que se barajaban eran “Francisco Cornejo” y “Mariano Mores”.

También fue validado por la Legislatura el nombre “Julio Cortázar”, elegido por los vecinos para bautizar al Salón de Usos Múltiples de la plaza Aristóbulo del Valle, inaugurado en febrero de este año.

El Rocca para All Boys

Una de las iniciativas barriales que espera su tratamiento en los pasillos legislativos propone la cesión por veinte años de la manzana donde funcionó el Instituto de Menores Manuel Rocca al Club Atlético All Boys.

En realidad, fueron presentados dos proyectos con el mismo fin: uno en diciembre pasado, que lleva la firma del comunero y miembro de la Comisión Directiva del club, Fernando Moya, y en marzo de este año, Héctor Barraza presentó otro similar.

Unos 500 vecinos, distintas generaciones de socios e hinchas, se acercaron al acto que organizó el colectivo “El Rocca para All Boys” el sábado 23 de septiembre en la esquina de Segurola y Elpidio González.

Adrián Martínez, socio vitalicio e integrante del colectivo “El Rocca para All Boys” dijo a Vínculos Vecinales que “actualmente el predio está aislado de la comunidad, rodeado por unos paredones carcelarios que son símbolo de exclusión”. Y afirmó que la aprobación de este proyecto por parte de los legisladores permitiría “ampliar la función social que ya tiene el All Boys en el barrio”.

La iniciativa hasta el momento ha recibido el aval de 2800 vecinos que firmaron la carta de apoyo. Desde el club siguen convocando a la comunidad a firmar y a participar de las acciones de difusión. (+ info en @elroccaparaallboys)

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El Palacio Ceci y la Casa Francisco Beiró

También aguardan el debate en comisión, aunque con poca chance de que ocurra, dos proyectos que apuntan a recuperar edificios que son parte del patrimonio histórico y cultural de Villa Devoto: el Palacio Ceci y la Casa Francisco Beiró.

Desde el año 1938 el Palacio Ceci fue la sede de la escuela para sordos Bartolomé Ayrolo. En este siglo las instalaciones de la escuela se ampliaron con un edificio nuevo, lindero al Ceci, que seguía en funcionamiento. Hasta que en la última década el estado de deterioro del palacio obligó a la comunidad de la Ayrolo a dejar de usarlo.

Desde el 2013 la dirección del colegio venía pidiendo su restauración al Ministerio de Educación. Las obras comenzaron el año pasado, pero junto con ellas llegó la noticia de que el Palacio sería utilizado para un nuevo destino: sería una sede del “Distrito del Vino”.

Este anuncio provocó el rechazo de toda la comunidad sorda, que reconoce al Palacio Ceci como propio. Con el paso de los meses, la tensión de este conflicto se fue diluyendo. La obra de remodelación sigue viento en popa y la directora de la escuela Ayrolo, María Rosa López, elogió el trabajo que están llevando adelante. Sin embargo, señaló que “aún” se desconoce el destino que tendrá el edificio una vez concluido el trabajo.

Contra las rejas que envuelven el predio del Palacio Ceci, un cartel colgado por la comunidad de la escuela Ayrolo.

Fueron los mismos alumnos quienes en el marco del programa “La Legislatura y la Escuela” (en el que estudiantes  de primaria y secundaria pueden presentar proyectos de ley y debatirlos en una sesión), llevaron su propuesta al parlamento porteño. En ella piden que el Palacio Ceci sea considerado parte del proyecto educativo de  la escuela Ayrolo y se convierta en un Museo de la Educación de las Personas Sordas. El diputado Matías Barroetaveña (del Frende de Todos) apadrinó la iniciativa pero aún no fue tratada en comisión.

La Casona de Franciso Beiró está en ruinas y con riesgo de derrumbe. Yamila Rambaldi, creadora de la conocida cuenta de Instagram @buenosairespedida y vecina de la Comuna 11,  es la principal impulsora del proyecto de ley que promueve la recuperación de esta construcción centenaria. Explicó que la propuesta supone una restauración integral de la estructura “con tareas básicas de apuntalamiento para que la propiedad no siga deteriorándose” y posteriormente una “restauración a cargo de profesionales” para transformarla en un “Museo de la Democracia y un centro cultural”.

Yamila Rambaldi sostiene en su mano un dibujo que refleja la casa de Francisco Beiró, realizado por la arquitecta Natalia Anush Kerbabian, reconocida por el trabajo que publica en su Instagram @ilustroparanoolvidar.

Código Urbanístico

Casi al cierre del año legislativo, permanecen también sin tratamiento los numerosos expedientes elaborados por los colectivos vecinales de al menos diez barrios porteños para modificar el Código Urbanístico vigente, que fue aprobado en el 2018 y al cual le atribuyen la proliferación descontrolada de nuevas construcciones en altura en zonas de casas bajas.

Entre esos proyectos se encuentran los que presentaron los vecinos agrupados en el colectivo “Devoto Unido” para ese barrio y los de “Conciencia Urbana comuna 11” para Villa del Parque. ♦

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